Quantcast
Channel: Charly Garcia
Viewing all 225 articles
Browse latest View live

Charly estrenó tema nuevo en "Viudas..."

$
0
0

Charly García, en exclusiva, estrenó un tema inédito en la fiesta de la Z-Rock

El capítulo de este lunes de “Viudas e hijos del rock & roll” contó con la participación estelar de Charly García que, en exclusiva, estrenó un tema inédito en la fiesta de la Z-Rock llamado "La máquina de ser feliz".

Charly, es invitado por Sandra (Julieta Ortega) al festejo. Viajan juntos en una limousine, Charly le recomienda hacer "una radio que se vea"y le muestra el trailer de su próxima película, luego, Rama (Fernán Mirás) logra cumplir el sueño de conocer a su ídolo, quien le firma un autógrafo directamente en la piel. Charly cantó además “Parte de la religión”.

La máquina de ser feliz

Pedimos perdón,
seguis enmascarando el fin
Por eso te busqué,
por eso diseñé,
la máquina de ser feliz.

Plateada y lunar
remotamente digital
por eso no hace bien
por eso no hace mal
es inocencia artificial

Prende y apaga sola
sale después de hora
no tiene que salir
no tiene que ayudar
la máquina no puede dar

Hoy mucha gente llora
hay mucha gente sola
no tiene que salir
no tiene que ayudar
la máquina no puede dar

Con forma de un pez
nadando en mares de Babel
no se si la robé
no se si la pedí
o quizás siempre estuvo ahí

Un dia se me fue
ese dia yo volví a reir
y la felicidad
no existe en soledad
la máquina no puede dar

Prende y se apaga sola
sale después de hora
no tiene que salir
no tiene que ayudar
la máquina no puede dar

Hoy mucha gente llora
hay mucha gente sola
no tiene que salir
no tiene que ayudar
la máquina no puede dar



El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Charly dijo presente en el #MovistarFreeMusic

$
0
0
En esta nueva edición del Festival estuvieron presentes una de las bandas referentes del rock nacional actual Catupecu Machu, los uruguayos de Onda Vaga con su gran diversidad de estilos entre rock y fusiones de rumba, cumbia, reggae, folk rock y el tango. Además de la presencia de DuraBeat, la banda homenaje a The Beatles.

Como invitados de éstos, estuvieron David Lebón y Charly García y tocaron “Influencia”, “Back in the U.S.S.R.” y “I saw her standing there”.

Charly participó en la grabación del disco de Los DuraBeat en el año 2005 (en los temas “And your bird can sing” y “Back in the U.S.S.R.”.


Luego, Ringo Starr tocó junto a la All Starr Band, integrada por Steve Lukather, Gregg Rolie, Richard Page, Todd Rundgren, Warren Ham y Gregg Bissonette .

El ex beatle, nacido en Liverpool en 1940 con el nombre Richard Starkey, está a punto de lanzar Postales del paraíso, su nuevo álbum junto la All Starr Band.

Lo cierto es que mientras Paul Mc Cartney esquivó pasar por la Argentina en sus últimas visitas a Sudamérica, Ringo vuelve y vuelve. Y aunque las entradas estén agotadas, fuera del perimetro también se escuchó y se vivió una tarde Beatle en Buenos Aires.




El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

La película de Charly va a ser un gran tributo al cine

$
0
0
El hermano del músico, Daniel García Moreno, dio detalles de cómo será el nuevo proyecto del rockstar: ficción y documental.

No tiene pruritos ni límites, y desafía, incluso, hasta a sus propios fans, que aun así le son incondicionales. Virtud que tienen sólo unos pocos. Pero, por sobre todo, cuando se propone algo no lo suelta hasta conseguirlo. Y éste es el caso del nuevo proyecto que abraza Charly García y en el cual trabaja incansablemente. Se trata de una película inspirada en su show Líneas paralelas que dio en el Teatro Colón y que revelará al genio en sus más íntimos aspectos.

“Charly está haciendo una película que tiene música, un poco de ficción y sobre todo documental. Aunque es muy difícil de explicar en palabras”, relata con cierta dificultad su hermano, Daniel Osvaldo García Moreno, en diálogo con PERFIL. Y en un nuevo intento por dar a conocer de qué se tratará revela que en la misma se podrán ver “partes muy fuertes y movilizantes del espectáculo, el back y encuentros con artistas de todo el mundo”.

Además de trabajar con su hermano y su sobrino, Sebastián Contreras, que se encarga de la fotografía, Charly contó con la ayuda del joven y prometedor director de cine Eduardo Pinto, quien añade: “Creo que la película es la extensión de esos shows musicales y de su libro –que lleva el mismo nombre del show y fue anterior–. Es una obra conceptual y vendría a ser una especie de cierre. Charly tiene un concepto de las líneas paralelas que se relaciona con la música pero también con las dos caras de su genialidad: el Charly que se tiró a la pileta desde un noveno piso y el que toca en el Colón. Esa es un poco su idea de la película”. El film a su vez será, según dijo Daniel, “un gran tributo al cine”.

Es que, según lo define Pinto, “Charly es un terrible cinéfilo y la gente no lo sabe. Por eso fue que se le ocurrió hacer esto. Así que además de cubrir el show empecé a filmarlo en ensayos, tocando el piano y en el detrás de escena. Ese material, que dura una hora y media, ya se lo entregué. Me dijo que le gustó y lo está editando. El es quien maneja los tiempos. Y se siente muy contento en esta faceta. Se está involucrando mucho. Y para mí fue una experiencia increíble. En los ensayos pude ver al genio, por ejemplo, dirigir a los violines”, explica Pinto. Pero aún no hay fecha de estreno. “Ahora todo depende de él. Es algo que se está tomando de modo muy personal y con gran dedicación”, dice Daniel.

Por Julieta Mondet

Fuente: Perfil.com

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Mil caminatas con walkman

$
0
0
Siempre se me hace tan difícil apelar a mi pequeña y misteriosa memoria cuando me preguntan sobre cosas paradigmáticas en mi vida. Sumado a que soy muy torpe contando anécdotas. Pero sí soy buena con las sensaciones. Se me aparecen muchas en un segundo si el disparador es fuerte. Fuerte como una pieza musical, un paisaje, aroma. ¿Pero cuán bien se puede transmitir una sensación? A veces consigo iluminarme en alguna conversación o, cuando no me lo cuestiono mucho, en alguna letra. Pero es a veces. No siempre obtengo éxito.

Esta vez estoy invitada a hacer el intento hablando de alguna canción. Y es obvia la aclaración de que son muchas las canciones que nos marcan en el transcurso de la vida. Y odio elegir. En general lo odio. Me incomoda. Hasta me siento injusta con las otras canciones. Terminaré de escribir esto y pensaré que hubiese estado mejor hablar sobre alguna otra. Pero debería poder. Voy a dejar de lado este aspecto odioso en mí, al menos un rato. Y me voy a sentar a buscar dentro de mi memoria, el pasado, la infancia, algo...

Dejo venir la primera imagen y se me aparece una foto mental de un cassette blanco. Un cassette original. Lo reconozco en seguida: Yendo de la cama al living. No hay dudas de que eso musicalizó, junto a algunos otros, toda mi infancia y preadolescencia. Mil caminatas adentro del walkman. Yo daba vuelta la cinta una y otra vez. Y cantaba tímidamente, pero por dentro había una fuerza loca que me desbordaba. Todos los temas me encantaban, pero elijo “Superhéroes”.

Empezaba a sentir que aparecía un espacio posible de habitar. Como una guarida. Y no quiero caer en frases obvias o hechas, pero era la sensación más parecida a “encontrarse”. Empezar a entender y a sentir con honestidad quién era o quería ser. Se despertaba en mí una ineludible euforia. Unas ganas de formar parte de aquello que estaba escuchando. Y unas ganas, también, de inventar mi propia forma de decir aquello que estaba sintiendo.

“Superhéroes”, particularmente, tenía algo tan rítmico que no podía evitar cantarla, o mover alguna parte del cuerpo al escucharla. Más bien era como si bailara por dentro. Sumado a ese estribillo que invita hasta al más insensible a cantar “entonces mírame a mí, tratando que se muevan esos pies”. Pero la melodía tiene algo de melancolía también. Y ése es mi punto débil. Sí me hace querer bailarla o cantarla, pero además no es bobamente alegre o divertida, sino que está contenida en un marco de tristeza, es todo lo que necesito para conmoverme y sentirme representada de algún modo. Es una canción alegre, pero hija del dolor.

Sin duda me hablaba a mí en algún momento... “te sientes superloca, supermal” y automáticamente después de esto, entraban todos los instrumentos, llegaba la fuerza del tema. Es como haber estado llorando durante varios días en la cama y que alguien te venga a buscar y te diga: “Dale, che, hay cosas que hacer acá afuera y no están nada mal”. Charly lo dice con otras palabras “no te quedes en casa porque el baile va a empezar”.

Viene, te seca las lágrimas, y se va.



Por Jimena López Chaplin

Fuente: Radar

El blog de Charly García (hecho por DIOS)

Charly García cantó "No voy en tren" con NTVG en Vélez

$
0
0
Después de tocar 26 temas en el estadio de Vélez, ayer durante la segunda noche de la presentación oficial en Argentina de El tiempo otra vez avanza, No Te Va Gustar recibió en el escenario a Charly García. Vestido con sombrero y saco negro, y pantalones oxford blancos, el ídolo del rock nacional cantó con Emiliano Brancciari su clásico "No voy en tren" ante más de 30 mil personas.

Tras presentarlo con una única fecha el 21 de marzo en el Velódromo de Montevideo, frente a 14 mil personas, NTVG convocó un total de 70 mil fans en dos noches seguidas en el estadio de Liniers. Por momentos, el grupo se convirtió en una pequeña multitud sobre el escenario, haciendo que pareciera pequeño: el doblete contó con una batería de invitados de lujo que incluyó a la leyenda del rock uruguayo Hugo Fattoruso, Fer Ruiz Diaz de Catupecu Machu y Piti Fernández de Las Pastillas de Abuelo. Pero el highlight de estas dos presentaciones se produjo anoche, cuando subió al escenario Charly García, a quién Emiliano le dio entrada orgulloso con un austero "el señor García" (¿Hace falta agregar algo?). Juntos cantaron "No voy en tren", en la que García alteró la letra de la primera estrofa: "Ahora soy medio fachista/Y me divierto mucho, mucho más". Brancciari continuó con el segundo verso e hicieron un medley con "Comodín", la canción de El tiempo. en la que García participó y se convirtió en el primer single de este nuevo disco (grabado con el productor norteamericano Joe Blaney, entre Buenos Aires y Montevideo, durante 2014).

Algunos invitados, como Fattoruso (en teclado, acordeón y coros), tres miembros de la murga Agarrate Catalina (Darío Prieto, Fredy "Zurdo" Bisio y Emiliano Muñoz) y Diego "Chirola" Martino (ex líder de Hereford, estas dos noches en guitarra acústica), participaron como miembros semiestables de la banda, aportando sus habilidades en una docena de canciones nuevas, como "Su sombrero" o "Detrás del cerro", y clásicas como las infaltables "Clara", "Al vacío" y "Cero a la izquierda". Las dos noches llegaron a ser catorce músicos sobre el escenario. Quince en realidad, si se tiene en cuenta al dios de la guitarra más joven del mundo: Santino Brancciari, el hijo del cantante de NTVG, subió el sábado y del domingo durante los bises para acompañar a su padre con una Loog Guitar de tres cuerdas, una pequeña guitarra eléctrica para niños, regalo de papá y mamá en su cumpleaños número 5, celebrado el sábado en la zona de backstage, que contó con un sector para Santino y sus propios invitados, con un tobogán inflable gigante.

Ambas jornadas hubo un segmento acústico (tocaron, entre otros, "Viajando sin espada", "Chau", "Mucho más feliz" y, el domingo, un cover de "Alma de robot" de Los Auténticos Decadentes) en el que, con altura, lograron dominar esa frágil atmósfera de intimidad masiva. Pero el sonido rugiente del show y los casi 300 metros cuadrados de pantallas LED -con visuales exquisitas y psicodélicas a cargo del artista uruguayo Alvaro Zinno-, reafirmaron la potencia eléctrica que puede alcanzar NTVG en estas dimensiones, una territorio virgen para estos conquistadores que han trabajado duro por 20 años para llegar hasta acá.

Ph: Ignacio Arnedo
Por Javier Sinay

Fuente: Rolling Stone

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Flashmob - Inconsciente colectivo - Dia mundial de la voz

$
0
0

Un equipo multidisciplinario unido por la inquietud de analizar la voz normal y patológica, y difundir nuestros conocimientos a la población con el propósito de mejorar la salud y prevenir patologías vocales: La Sociedad Argentina de la Voz (SAV).



Un grupo de maestros de canto (la voz) convocados para conmover a la gente el Día Mundial de la Voz y hacer algo sorprendente junto a otro grupo de personas (la imagen) que pueden pensar y plasmar lo que se ve, para que quede el momento para siempre.

Los interpretes: 200 cantantes y un mago, el maestro Charly García.
No es un fin es un comienzo, hacer un flashmob en la estación de trenes de Constitución, la mas grande y bonita de Buenos Aires. Un día muy temprano y la gente que pasa y forma parte de ese instante.
Todos tenemos una voz, la voz es salud, es libertad, es identidad: Sorprende con voz.
María Viti

Profesores de canto por orden alfabético:
Ana Carfi, Katie Viqueira, Lorena Borghese, Lorena García Pacheco, Marcela Aibé, Marcelo Velasco Vidal, Mariela Passeri, Nacho Mintz, Sebastián Mazzoni

El blog de Charly Garica (hecho por DIOS)

Joe Blaney: 10 temas de Charly

$
0
0

“Los cassettes son para las putas, los compacts para los yuppies, y un disco es un disco”

Joey Blaney, 1985

“… no es solamente hacer una canción y grabarla, sino que hay una serie de reglas escritas y no escritas de cómo se hace un buen disco”
Charly García

Si alguien puede decir algo de la obra de Charly, ese es Joe Blaney. Así que lo contacté y le pedí que hiciera algo que yo (habiéndolo intentando muchas veces) jamás pude hacer: elegir sus 10 temas preferidos de Charly. Joe armó su lista. Pero antes, una sugerencia: la mejor forma de recibir esta información es ponerse unos auriculares, hacer click acá y, teniendo sus palabras a mano, hacer algo fundamental en la vida de cualquier persona: aprender a escuchar.

Yo no sé si detrás de cada gran hombre, efectivamente, hay una gran mujer.  Lo que sí sé es que detrás de cada gran disco, indefectiblemente,  hay un gran productor. ¿Y qué hace un productor? Un productor entiende la obra del músico. No solo lo que el artista quiso hacer, sino lo que la obra puede llegar a ser.  El productor aparece a la hora de grabar y lleva el disco desde el demo hasta su edición final. Trabaja con los aspectos estéticos, conceptuales y técnicos involucrados, y es por eso que un productor puede salvar o arruinar el trabajo entero de un artista. Un productor, por ejemplo, es el que le dijo a Charly García que, tal vez, grabar “Como conseguir chicas” en inglés no era la idea más brillante que podía tener. Por suerte Charly tomó la sugerencia y el resultado fue un “Como conseguir chicas” en español y perfecto.  Al productor que debemos agradecer por eso (y muchas otras cosas) es Joe Blaney.

Joe Blaney no es solo el productor detrás de “Cómo conseguir chicas”. La relación con Charly empezó mucho antes en 1983 cuando produjo nada más ni nada menos que Clics Modernos . Recordemos: segundo disco solista de García que resulta un éxito en todas las variables que un disco puede resultar un éxito, o sea: ventas y críticas. ¿Qué tenía este disco de nuevo? Bueno, para empezar: todo.  “Lo difícil de entender era que nadie había hecho una polirritmia entre máquinas y sonidos tocados”, dijo Charly al respecto. Pero el que sí lo entendió fue justamente Blaney. “El aporte de Joe fue mortal, porque era la primera vez que tenía un ingeniero americano, que había grabado con The Clash y no sé qué; o sea, era rockero, del palo, norteamericano y estaba grabando en la sala A de Electric Lady, que es el mejor estudio del mundo. Ahí te das cuenta de cómo es el sonido, cómo son los discos y cómo se hacen”, dijo Charly, fascinado con Joe, y no es para menos si entendemos que encontrar al productor adecuado debe ser tan difícil y hermoso como encontrar el amor o un psicoanalista (curiosamente un productor también cumple, en cierto modo, esos roles).  Y es por esto que a partir de que se conocieron en el 83,  la relación duró los siguientes 10 años. De esos años resultaron  7 discos, entre los que se encuentran “Parte de la religión y “Piano bar” entre otros. “La hija de la lágrima” fue su último trabajo juntos hasta su reencuentro en 2013. Si Charly dejó de solicitarlo o Joe dejó de aceptar trabajar con él, no lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que cuando esto ocurrió, el trabajo de Joe ya estaba hecho. Y muy bien hecho.

1) Nos siguen pegando abajo (Pecado mortal) – Clics Modernos (1983)

Esta fue la primera canción que grabamos juntos. Muy divertida. Me encanta la polirritmia con la caja de ritmo, la batería y la guitarra de Charly. Me gustan mucho las melodías de sintetizador, son animadas, suenan como una fiesta.

2) Los  dinosaurios – Clics Modernos (1983)
¡Qué canción y qué letra magníficas! El piano la impulsa, esa mezcla de influencias de música clásica y rock de Charly. La canta con mucha pasión. El arreglo vocal de fondo y la armonía son sublimes. Me encanta esa inolvidable intro de sinte, también las guitarras ambientales de Larry Carlton. Cuando estábamos en el estudio, algunos amigos argentinos de Charly pasaron a saludar y a escuchar. El tocó esta canción. A mitad del tema, noté que algunos lloraban. Ser capaz de conmover a la gente  con una canción como esta (¡la primera vez que la escuchaban!)… Poderoso.

3) Demoliendo hoteles – Piano Bar (1984)
Charly en estado puro: rock and roll directo con una letra y una manera de cantar increíbles. “Piano Bar” se grabó con la banda de Charly en Buenos Aires. Tiene una energía diferente a la de “Clics modernos”, que se grabó con una caja de ritmos. La batería empuja de verdad esta canción. Me encantan los teclados, en especial en los interludios instrumentales.  Fuimos a un estudio en New York que había comprado los últimos modelos de teclados; en ese momento había un montón, Charly estaba como un nene en una juguetería, haciendo capas superpuestas de nuevos sonidos.

4) Promesas sobre el bidet –  Piano Bar (1984)
Una composición increíble, la melodía y las armonías vocales son hermosas. Se nota la influencia del tango en los acordes. Es una de esas canciones que se te clava en la cabeza.

5) Cerca de la revolución – Piano Bar (1984)
Otra performance enérgica de Charly y su banda. Esta rockea 100% de manera divertida y relajada. Hay una conversación muy linda entre las dos guitarras. Me gustan las secciones instrumentales y las partes de teclado. Muy bien cantada, una vez más; creo que Fito Páez cantó unos agudos. Capaz que le puse demasiada reverb al redoblante: eran los 80s.

6) Pasajera en trance – Tango (1986)
Esta es simple y hermosa. La melodía de teclado que arranca la canción es la misma de la estrofa vocal y suena en casi toda la canción. Es tan lírica, alegre y triunfante. Y pegadiza: otra canción que se te clava en la cabeza. La composición es muy inusual, hay solo un estribillo en la canción, en el medio, después va buscando el final basándose en el motivo de la melodía de la intro. Mística. Esta es del EP “Tango”, con Pedro Aznar. Charly vino a New York de vacaciones, se encontró acá con Pedro y decidieron hacer este disco. Charly escribió sus tres canciones en la habitación del hotel; unos días más tarde fuimos al estudio. El disco estuvo listo en una semana.

7) Rezo por vos – Parte de la religión (1987)

Una canción poderosa, majestuosa. Me encanta como se va armando a través de las diferentes secciones. La estructura de la canción está muy bien formada. Está coescrita con Luis Alberto Spinetta. La parte del arpegio de guitarra de Charly es un clásico.  Muy buena la voz principal y las armonías vocales. Puse un eco en reversa en algunas de las voces para crear un efecto misterioso.

8) No voy en tren – Parte de la religión (1987)
Una canción pop simple y directa. Un groove bailable, muy cool. Me gustan los motivos que hace Charly en el piano y los teclados, y el humor en la letra. Sofisticada. Esta canción y el sonido general que logramos en “Parte de la religión” capturaron el zeitgeist de la era de 1987.

9) La sal no sala – La hija de la lágrima (1994)
Esta se siente muy bien. Las grabaciones de Charly se iban poniendo menos precisas y disciplinadas en ese momento, pero me gusta el modo en que trabaja esta canción. El bajo y la batería son geniales. Es vivaz,  un toque desordenada, como un disco de los Rolling Stones.

10) Cuchillos – Say No More (1996)
Otra hermosa canción con una hermosa letra. Me gusta lo abierta que es. Los teclados de Charly son vagos y libres, muy expresivos, casi como un músico de jazz. Una gran melodía y una voz apasionada. Yo no trabajé en esta. Charly la grabó en New York con un muy buen sesionista en la batería//////PACO

Traducción de Fernando Presumido

Fuente: Revista Paco

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Charly está grabando nuevas canciones en estudio

$
0
0

Así lo confirmo el baterista y bandoneonista Fernando Samalea, uno de los músicos que forman parte de estas grabaciones.

En un espontáneo mensaje en su muro de Facebook, Fernando Samalea confirmó que Charly García ha entrado a grabar nuevas canciones.

Samalea es uno de los músicos más cercanos a García, compartiendo un gran número de proyectos, conciertos y discos.

La última aparición pública de García, había sido en la serie televisiva “Viudas e Hijas del Rock&Roll”, donde interpretó dos canciones, entre ellas una sorprendente re-versión de “The miracle of love”, de Eurythmics, que garcía re-tituló como “La máquina de ser feliz”.

Las buenas nuevas, también habían llegado por parte de Daniel Osvaldo García Moreno, quien se encuentra ultimando detalles para terminar el documental “Lineas Paralelas” en el cual se retrata toda la intimidad del espectáculo que Charly presentó el 23 y 30 de septiembre de 2013 en el Teatro Colón(aquí presentó ese espectáculo en el Orfeo Superdomo).

Con este mensaje de Samalea, se deja abierta la posibilidad de aparición de un nuevo materia discográfico de estudio de garcía, de quien no tenemos novedades desde el controvertido Kill Gil (2010).


¡Sábado a la noche! 19 de abril de 2015, 2:18 AM, en vivo y en directo desde el estudio de la calle Combatientes de...
Posted by Fernando Samalea on Sábado, 18 de abril de 2015

Fuente: Cba24n

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Jean François Casanovas y su cercanía con el Rock Nacional

$
0
0

A los 65 años murió el artista fundador del Grupo Caviar. A principio de los ´80, el artista trabajó con el grupo Virus y con Charly García.

Virus transformó el sonido del rock nacional de principios de los ´80. También fue muy importante a la hora de marcar una estética particular. La new wave sorprendía en el mundo y el grupo de La Plata se subió a la propuesta.
Esa búsqueda constante a la hora de marcar una diferencia en el plano visual, Virus grabó sus primeros videos “Soy moderno, no fumo” y “Loco Coco” bajo la dirección de Lorenzo Quinteros, y con la participación del Grupo Caviar con Jean François Casanova al frente. También acompañó a Virus en sus primeras presentaciones como el show de 1982 en el Teatro Olimpia.

Casanova puso su cuota artística en las presentaciones de Charly García y su "Piano bar" logrando un espectáculo de primer nivel. (NdR: además participó en la presentación del Teatro Colón realizada por Charly Garcia en Septiembre de 2013).



Fuente: TN

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Charly García pasó por Mercedes, este sábado

$
0
0
El músico ícono del rock nacional estuvo en la ciudad. Visitó la Parroquia San Patricio interesado en su órgano tubular. Además pasó por la casa de instrumentos musicales Mar And’s donde probó teclados.

El músico Charly García estuvo este sábado en la ciudad de Mercedes donde visitó por un par de horas la Parroquia San Patricio interesado en su órgano tubular, e incluso tocó largamente ese instrumento. Además pasó por casa Mar And’s, negocio céntrico donde probó teclados.
Tal cual comentó el Padre Tomas O Donell a este medio, Charly García estuvo un largo tiempo de esta tarde de sábado en la Parroquia Palotina ubicada en calle 14 esquina 21 de esta ciudad. “Estuvo cerca de dos horas tocando el órgano y quiso conocer la Iglesia San Patricio”, marcó el sacerdote y precisó que Charly tiene amigos que son ex alumnos del colegio y profesionales que lo están acompañando.

“Estuvo cerca de dos horas. Le gustó mucho todo, estaba impresionado por el templo en sí”, comentó el padre Tom. Charly, en su visita, se quedó sentado en un rato largo, unos 20 minutos solo en un banco de la Iglesia. “Había muy pocas personas presentes, él lo quiso así”, confió Tom a NOTICIASMERCEDINAS.COM.

Pero Charly quedó en volver a la ciudad y a San Patricio, para reencontrase con el órgano, ya que, se presume, habría algo en relación a un proyecto musical con ese instrumento tan particular.
“Yo lo recibí en la puerta, lo ví muy bien, contento, feliz de venir a Mercedes”, dijo Tom y remarcó que ya había venido a la ciudad en anterior oportunidad a grabar con un amigo de él. “Ahora vino a conocer y tocar el órgano de San Patricio, y fue un placer recibirlo”, expresó Tom.

También Charly anduvo por el centro de la ciudad, y recaló en Casa Mar And`s, un tradicional negocio de instrumentos musicales donde los atónitos clientes y algunos visitantes ocasionales pudieron oírlo probar teclados, junto al legendario Aníbal López –propietario del negocio– y sus hijos y empleados, en un emotivo momento.

Fuente: Noticias Mercedinas

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Szereszevsky cuenta como se gestó "La Vuelta del Más Grande"

$
0
0

-Charlando y conociéndote puedo percibir que la calle te ha formado bastante… ¿Cómo comenzó tu vida laboral, tu contacto con la universidad de la calle?
A los 12 años empecé trabajar. Fue en una fábrica de cinturones. Era un obrero, los ensamblaba, ponía los tornillitos. La fábrica estaba en Villa Crespo (CABA). Un amigo me llevó, como para hacer algo y tener mi plata. Después como a los 17 entré a trabajar en una radio. El trabajo en la radio me deslumbró. Llegué a la radio porque en mi colegio se presentó una gente ofreciendo espacios para trabajar y con un grupo de amigos nos metimos a hacer el programa de la noche. Después haciendo ese programa, empezamos a hacer otro del equipo de futbol Atlanta. Soy fanático de Atlanta, estuve muy vinculado al Club. Y así, de estar a la noche o a la tarde en la radio, empecé a relacionarme y a militar con la radio, militancia de izquierda.

-¿Dentro de la Radio había alguien relacionado a la política?
En su momento estaba bancada por una persona muy relacionada al Partido Comunista. Se fueron dando las cosas y fui creciendo. Éramos todos pibes. Los más grandes tenían 23 o 24 años. Nosotros 17. Era toda sangre joven dedicada a la política universitaria. Pasó el tiempo e hice mucho en la radio, todo lo que se podía hacer y más. Tenía ganas de hacer otras cosas. Lo último que hice en la radio fue que a Juan Pablo Sorín (Ex futbolista de la Selección Argentina) lo convencí de hacer un programa, era un figura muy conocida. También comencé a trabajar en América TV en un programa de cable de Atlanta. Abrí mi panorama laboral, al margen de que la Radio era mi vida.

-Tuviste un paso importante por la política argentina relacionada a Alberto Kohan y Carlos Menem ¿Cómo fue tu acercamiento y tu llegada a trabajar en presidencia?
Un día paso a saludar y un amigo me dice: “es increíble que hayas venido porque te estaba buscando… mi cuñado es el jefe de prensa de un peso pesado del gobierno” -en ese momento el gobierno para mí era la otra vereda- “por tu personalidad y tu forma de ser… me parece que ese trabajo es para vos” me dijo. Para mi estaba loco, mirá si iba a trabajar para el gobierno, no sabía nada. Además me estaba yendo de viaje con una chica que me invitaba a Mar del Plata.

-Mínimamente te seducía la idea… ¿o no?
No, porque para mí era difícil pensar en la posibilidad. Me voy a Mar del Plata con esta chica y le digo a mi papá que no me llamara, le dejo el teléfono de la casa por las dudas una urgencia. Esa misma noche me llamó. “En que lío andarás vos que te llaman de presidencia, ¿Qué hiciste?” me dijo. Me habían llamado y tenía que comunicarme urgente. Había sido seleccionado para ser el jefe de prensa del Secretario General de la Presidencia Alberto Kohan. “No hay mucho tiempo, te esperamos mañana a las 7:00 AM así te pasamos los detalles y comenzás a trabajar. Tomate el primer avión, te esperamos” me dijeron. Mi chica no me creía nada y suponía que estaba inventando una historia para escaparme. A los dos días me presenté, me encontré con el cuñado de mi amigo, cruzamos la plaza de mayo y entramos al despacho de Kohan.

-Y el ojo clínico de tu amigo que visualizó en vos ese tipo de cualidades… ¿estaba bien afinado?
A la larga, la historia le dio la razón… pero un poco se jugó (risas). Entré y de repente estaba en el despacho del Secretario General de la Presidencia. Kohan me cayó bárbaro. Me dijo que fuera a ver mis oficinas, que podía traer a trabajar solo a un secretario. Mi contacto ya se tenía que ir así que saludó y se fue, imaginate que solo ahí, no sabía qué hacer… la secretaria de Kohan me llama en ese momento, querían presentarme a alguien. Cruzamos el despacho y abrió la puerta, había un señor vestido de militar: el edecán. Kohan le preguntó si estaba ocupado el jefe, le contesta que no, “está leyendo” dijo. “Avisale que voy a pasar” le dice Kohan. Se abrió la puerta y fue para mí un momento inolvidable, imágenes que me quedaron grabadas por el resto de mi vida. Un despacho largo, había en el fondo como un escritorio y era esa hora del mediodía que la luz entraba por la ventana con un reflejo que hacia brillar cada detalle.

-Como una imagen cinematográfica…
Total. A él todavía no se lo veía. Se veían los rayos del sol haciendo brillar la oficina. En ese momento lo veo a lo lejos que se para y se va poniendo los anteojos lentamente, era Carlos Menem. Kohan le dice: “Carlos te quiero presentar a mi nuevo jefe de prensa”. Él me venía mirando y me dice: “¡pero qué jovencito! Bienvenido… tenés cara de turquito, sos de los míos”. Yo le dije que no, que él era sirio libanés y yo descendiente de turcos. Kohan abrió los ojos como diciendo este es un atrevido y Carlos contestó con una sonrisa diciendo que no había problema, que en todo caso éramos primos hermanos. En eso saca una tarjeta del bolsillo de su saco, me la da y me dice: “cualquier cosa que necesites me llamás”.

-Hacía unos días estabas sin un mango, con una chica en Mar del Plata y ahora en el despacho del presidente. ¿Qué pasaba por tu cabeza?
Ahí empezó la historia, mi historia. A los pocos días de empezar había un viaje a Roma, le pregunté a la secretaria de Kohan como era la operativa del viaje. Me dijo que podía ir en el Tango 01 o en el de línea… y yo dije: “lo que diga el jefe”. Me acomodó en el Tango 01. Pasé 15 días de trabajo con el N° 1 en Roma. Cuando vuelvo, mi contacto (Quien me había recomendado para el trabajo) me llamó cargándome diciendo que presente la renuncia por haberme tomado demasiadas atribuciones. Fui y le pedí perdón a Kohan, porque tal vez me había extralimitado. Me dijo que para nada pensaba eso. Justo coincidía con un momento de Kohan en el que estaba tomando mucho poder, en ese momento, más que nunca, necesitaba que lo acompañen duro. Esto fue en los últimos tres años de mandato de Menem (97, 98, 99).

-¿Alguna vez te dijo porque te eligió a vos?
Unos meses después le pregunté. Me dio una gran lección, algo que yo después utilicé en mi vida. Me dijo que tenía muchas opciones para el cargo de jefe de prensa pero eran tipos que tenían 20 años de trayectoria y aunque tenían mucha experiencia eran tipos que le debían muchos favores y cosas a otros, que ya estaban contaminados. Por mi edad, mi formación y porque venía más del palo de la izquierda, iba a ser 100 % Kohan. Aprendí mucho, me formé y creo que no hay universidad más violenta que trabajar en presidencia y viajar por el mundo con un presidente. Las relaciones, las formas de manejarse, todo.

-¿Qué se siente estar en un cargo como ese a nivel interno, que pasa con tu ego personal?
La verdad es que siento que en mi esencia siempre fui igual. Cambiaron dos cosas: Yo tenía un sueldo normal, no era millonario, pero tenía un sueldo bueno para ser un chico de 23 años. Ninguno de mis amigos ganaba lo que yo ganaba. La otra, es que yo no creo haber cambiado, cambió la mirada del otro para conmigo. Mi vecina que me conocía desde que nací y de golpe vió a Fernandito como el jefe de prensa de presidencia. Gente que conocía y me cruzaba en la cancha o en otro lugar y me preguntaba: ¿te puedo saludar? Yo me devoraba el mundo en ese momento, tenía solo 23 años.

-¿Te sedujo alguna vez la posibilidad de un cargo político?
No, para nada. Yo estaba fascinado con el trabajo que tenía, me daba la posibilidad de viajar y conocer el mundo, compartir reuniones con Mandela, Clinton, Bush, etc. Con los mandatarios de todo el mundo, durmiendo en palacios. Lo que estaba viviendo eran momentos únicos e irrepetibles así que lo disfrutaba mucho.

-¿En qué momento de todo esto te conectaste con el ambiente de la música?
Un día íbamos en el auto con Kohan y pasamos por el Teatro Opera. Estaban anunciados Ana Belén y Víctor Manuel. Me contó que con su mujer eran fanáticos. Le ofrecí conseguir entradas para el show y me dijo que no le parecía adecuado ir. Le dije que no solo debía ir sino que a la primera fila y después al camarín a saludarlos. Yo venía de trabajar en la radio y de conseguir todo con alambre, ahora desde presidencia iba a ser todo mucho más fácil, como un juego de niños. Y así fue, al toque conseguí todo. Le encantó la movida y se dio cuenta que yo venía de un palo más vinculado al deporte y al espectáculo. Siempre me decía: “metele duro con esas cosas, traeme ideas porque lo único que nos va a salvar a la larga es el deporte, la cultura y el espectáculo”. Hicimos muchas actividades culturales, auspiciamos un montón de eventos. Yo recibía propuestas culturales y se las presentaba. Hicimos varios eventos en Buenos Aires y también en el interior. Me gustaba mucho hacer eso.

-¿Cómo era tu relación con Carlos Menem? más allá de ser el jefe de prensa de Kohan…
Excelente, a mí siempre me trataron muy bien. Un día en Olivos después de una reunión de gabinete, se usaba comer de parado en la cocina. Yo estaba dando vueltas por ahí, y entro a comer, agarro una porción de pizza y el Presidente Menem me mira a los ojos y me dice: “por favor retirate”. Me quería morir, me saco la porción de pizza de la boca y comienzo a irme y ahí me dice: “pará Fer, era una joda” me estaba cargando. Todos se reían. “Me entero que al Alberto lo llevás a todos lados a ver espectáculos y a mi nada, yo soy el último orejón del tarro” me dice. En ese momento me volvía el alma al cuerpo y le digo: “Presi lo que usted me pida lo hacemos”. “Bueno Fer ya vamos a pensar en algo” me dijo sonriendo. Faltaba un año para finalizar su gestión y desde ahí, empezamos a hacer casi todos los martes cenas temáticas en Olivos. Concurrían actores, jugadores de futbol, árbitros, escritores, filósofos, etc. Todas las semanas era un tema, muchos puteaban y criticaban de afuera… pero cuando te invitaba el presidente todos iban.

-¿Qué le pasaba a estos personajes de la cultura y el deporte cuando los llevabas a las reuniones con Menem en el mano a mano?
En el mano a mano Menem era irresistible, te mataba. Separá la política, porque cada uno puede tener sus propios ideales y diferencias. Estoy hablando de la persona, separada del cargo, una persona llena de anécdotas, experiencias, divertido, simpático. Todos se iban enloquecidos y la pasaban bárbaro. Un día me dice Kohan que el “presi” quería una cena especial. Me daban vueltas y no me decían. Quería una cena con Charly García. Le dije que era imposible, que no se iba a poder. Charly siempre estaba en contra de Menem, hablando muy mal. “No me importa. Quiero juntarme con él y vos lo vas a conseguir.” Me dijo sonriendo Menem.

-Y lo lograste…
Costó meses lograrlo. Después de aclararle a Charly que Menem no quería perdirle nada, no necesitaba nada… no buscaba ningún rédito político. Me dijo que lo iba a pensar. Fui a conocer a Charly, pegué muy buena onda. Él me veía como “el poder”, fuimos de a poco trabajando en el encuentro hasta que llegó el día en que se dio.

-¿Que significó para vos esa reunión?
Siempre en cada cosa que hago me gustó crear hitos, cosas que queden en la historia. Desde el minuto cero sabía que ese encuentro entre Charly y Menem iba a ser algo histórico y que iba a quedar para siempre.

– ¿Cómo fue ese encuentro?
En ese momento Charly estaba con todo el mambo “Say no More”. Cuando por fin llegó el momento del encuentro le propuse a Kohan que cuando lleguemos a Olivos a la cena programada, desde el mozo, pasando por el parrillero hasta Carlos Menem tenían que usar el brazalete de “Say no More”. Con eso Charly se iba a sentir muy a gusto, era algo muy importante para él. Kohan me dijo que no había problema y le entusiasmó mucho la idea. No le dije nada a Charly. Llegamos a la quinta de Olivos, se abrió la puerta y apareció Carlos Menem a recibirlo con el brazalete puesto. Cuando lo vio Charly la sensación fue en ese momento: “Yo soy el poder, el presidente se puso mi brazalete”. La cena fue increíble, Charly tocó, se hizo un mini show, se emocionó mucho. Tocó “Los Dinosaurios” lloramos todos. Después a Charly se le ocurrió una genialidad: regalarle al presidente el disco de la música que se tocó ahí y que lo use como un souvenir para obsequiarle a quien quiera. Hicimos “Charly & Charly en vivo en Olivos”, el disco es excelente y el hito fue la tapa de Clarín al otro día con ellos dos juntos. Se generó una onda y una amistad que les duró muchos años. Hicimos el disco que es una escarapela con todo un packaging con las fotos del encuentro, el arte es buenísimo.

-¿Qué pasó después de la reunión y el impacto que generó con respecto a la relación con Charly?
Al tiempo viajamos a China con la comitiva, estando allá lo llamo y le pregunto si quería que le trajera algo y me pide un instrumento que se llama “sami yen”. Teníamos una gira larga y nos costó mucho conseguirlo. Medía dos metros de alto, era una arpa doble que la tocan dos personas acostadas. Lo que me putearon por haber cargado ese instrumento durante toda la gira por todos los países asiáticos fue tremendo (risas). Cuando llegó el equipo, lo llevaron a la casa de Charly, a ese momento ya tenía una relación casi de trabajo en conjunto con el manager como asesor. Lo subimos a su casa y le digo: “Charly tenés un regalo en el comedor”. Abrió la caja y se puso a llorar de la emoción.

-¿Cómo empezaste a laburar con Charly?
En el año 2000, ya no trabajaba en presidencia y hacia cosas con ellos (su manager Marcelo y Charly). Se estaba preparando la vuelta de Sui Generis y comienzan a llamarme del entorno de Charly. Me parecía raro porque el manager oficial seguía siendo Marcelo y me decían que el propio Charly había pedido que se comunicaran conmigo. Llamé a Marcelo y me cuenta que se había peleado y que Charly lo había despedido. Fui a ver a Charly y me dijo directamente: “Sos mi nuevo manager”. Me generó una situación extraña porque yo había llegado a ese lugar de la mano de Marcelo y no quería que sienta una traición. Lo hable con él y durante un tiempo no quise tomar el rol de manager.
Empecé como en un rol de “no soy tu manager pero te ayudo”. En el medio de eso tuvimos el famoso episodio cuando se tiró desde el edificio en Mendoza a la pileta y unos cuantos más. Un día en la vida de Charly García de ese momento era un mes en la vida de alguien normal. Una vida muy intensa.

-¿Cómo era tu vida personal en ese momento, más allá de tu trabajo?
Tenía 26 años, me casé. Mi mujer no veía una vida alegre y sana relacionada a Charly García. A mi Charly me quería por dos cosas en ese momento: una era que, pese a ya no estar relacionado a presidencia, representaba el poder para él y la otra, es que yo soy un tipo sano. No fumo, no me drogo, no tomo y nunca lo hice. Un día me dijo en tono de joda: “lo bueno de tener a Szereszevsky es que cuando todos estamos re locos, el está lúcido para pensar”. hasta el día de hoy nos une una relación muy especial y personal más allá del laburo, pero me casé y me fui. En el 2002 dejé de laburar con él. En el 2005 volví. Lo hice porque lo extrañaba y me sumé a lo que estaba pasando, aguante un par de años largos más… Era una etapa en la que Charly estaba muy heavy y pasaron cosas terribles.

-¿Como lidiaste con eso, de admirarlo a trabajar junto a él y vivir ese tipo de situaciones?
En ese momento no lo pensaba tanto. Se daba todo muy rápido y fue una progresión de sucesos que me llevaron a estar con él. Hubo un par de hechos violentos sobre todo uno que pasó en Colombia. Me asusté mucho por la situación de locura que había. Yo ya tenía hijos y no era el estilo de vida que quería para mí. Me fui de su lado de nuevo. En el 2007, por intermedio de una persona se comunicó diciendo que andaba mal de plata. Lo fui a ver y me dijo que porque no me pensaba algún negocio que necesitaba dinero. Yo le pregunté que quería hacer y me dijo que le gustaba la idea de hacer un reality. En ese momento, estaba el famoso reality de Ozzy Osbourne. Me puse a trabajar con gente de Chile y Venezuela que estaban buscando hacer algo así. Nos juntamos en su casa y avanzamos con la idea. Al terminar la reunión le pregunté si nos veíamos el viernes para seguir con lo del reality, se iba a Mendoza y San Juan a tocar. Le dije que no fuera, siempre tenía problemas en Mendoza. Me dijo que necesitaba la plata que tenía que ir. “Si tenés que ir anda, pero la verdad es que siempre te pasa algo en Mendoza… cuidate” le dije. Se fue a Mendoza y nunca volvió. Fue ahí que quedó internado. Me quería morir.

-Tuviste un gran papel en la recuperación de Charly… ¿Cómo fue ese proceso?
Después que quedó detenido, llegando a Buenos Aires le preguntaron quién iba a ser su tutor personal y él dijo: “llamen a Fernando Szereszevsky”. Estaba mal. Me llamaron y me fui al Argerich y estuve desde ese día hasta el último de su recuperación a su lado, que fue el 10 de diciembre del 2010. Recibí una persona con chaleco de fuerza, totalmente medicado y empezamos la recuperación. Lo hacía por el amor incondicional hacia él. Acá no había shows, ni lucro de nada. Siempre lo quise y cuando me llamaron me sentí en una situación humanitaria. En toda la etapa de las clínicas no lo podía ver nadie más que yo. Era el único autorizado por la justicia. Después, pedí que eso se ampliara y logré que puedan verlo Nito Mestre, Pedro Aznar y León Gieco. Necesitaba que me ayudaran en la contención. Era muy duro afrontar todo eso solo. Toda la etapa de su internación fue un quiebre emocional en mi vida. En un momento fuimos a la clínica Fleni en Escobar… no quería mirar a mis alrededores. El ambiente era durísimo. Me ponía a llorar. Ver a los chicos en esa situación. Y verlo a mi gran ídolo pasar por eso.

-¿Él tenía ganas de salir adelante? ¿Cómo fue su recuperación?
Si, se dio cuenta de que era la única salida. En ese momento Palito Ortega se acercó y nos ayudó. Puso a disposición su quinta de Luján. Estando ahí, cambiamos el grupo médico que nos planteó: “la única forma de que Charly salga adelante, es ponerle una zanahoria lejos: los shows, la idea de volver a tocar. Sino trabaja para lo que le gusta y le da felicidad no se va a recuperar nunca” nos dijeron. Todos los que estábamos a su alrededor no queríamos que volviese a tocar. Nos dijeron que no importaba si era dentro de mucho tiempo, lo importante era mantener la idea de que era posible. Nos pusimos a trabajar. Quizás el trabajo más duro que tuve en mi vida. Volvió en la famosa gira “La Vuelta del Más Grande”. El primer show iba a ser en Vélez, pero decidimos hacer otros antes para que estuviese más cómodo. Surgió Perú y Chile. El día que fuimos a tocar a Perú, subió al escenario después de toda la recuperación y tocó el primer acorde. Todos, desde los plomos hasta los sonidistas, lloramos. Fue un momento de mucha felicidad. El show salió excelente, la gira también.

-¿Cómo estaba él en la intimidad? Había vuelto a tocar…
Emocionado y agradecido. Empezamos con la gira, seguía teniendo momentos buenos y malos. Una vez en México en un hotel, estaba medio triste. Nos abrazó a mi socio y a mí y nos dijo: “ustedes son realmente mis amigos. Amigos es esto, lo que ustedes hicieron por mi”.

-¿Te agradeció de alguna manera en algún momento todo lo que hiciste por él?
Tuvo un gran gesto conmigo. Soy fanático del Club de Futbol Atlanta, es mi otra pasión. Yo le inculqué el gusto por el futbol y veía mucho los partidos de la B Nacional y sabía todo. Estaba en la casa aburrido y se ponía a ver futbol y veía los partidos de Atlanta. Un día me dijo: “cuando juegue Atlanta te voy a acompañar, sé que es importante para vos”. Pensé que lo decía de compromiso. Llegó la última fecha y me dijo: “llamame mañana que voy con vos a la cancha”. Imaginate lo que fue la revolución de la cancha con Charly García presente viendo Atlanta vs Almirante Brown. Fue tapa de Olé (suplemento deportivo de Clarín). Para mí fue muy especial, porque lo que a veces a él le costaba decir en palabras, lo dijo con un hecho que era muy importante para mí. Fue como decirme “así te quiero que hago esto por vos”.

-¿Más allá de lo personal que te dejó trabajar con Charly García?
Un gran aprendizaje. Tuve la gran suerte de estar y trabajar con los números uno. Con el tiempo me di cuenta de que era algo natural en mí, que quizás haya visto aquel que me llamó la primera vez para laburar con Kohan y Menem. Todos los números uno, sean del ambiente que sean, tienen un hilo conductor que los iguala, patrones parecidos. No importa como son intelectualmente, me refiero a los patrones de pensamiento. No me considero un tipo de grandes virtudes pero si hay algo de lo que estoy seguro es que conozco sus cabezas. Se lo que quieren y como lo quieren. Como relacionarme con ellos, como tratarlos, como se los cuida y como piensan. Con el tiempo me di cuenta que a todos estos tipos los entiendo, más que a otros, los sé interpretar. Básicamente lo que quieren es que des la vida por ellos.

-¿Cuál es la coincidencia que según vos iguala a todos los números uno?
Un cúmulo de cosas que se interrelacionan. El carisma, la personalidad, el talento. Una especie de combo. Generalmente tienen una forma de relacionarse y una llegada diferente que los pone en una situación de pedestal.

-¿Cómo fue la experiencia de viajar con Charly a Israel?
Ese es un ejemplo de lo que te digo. Muy pocos artistas argentinos van a Israel y lo primero que pensé y visualicé cuando me puse a trabajar en la concreción, fue en el hito. Llevé un fotógrafo amigo especialmente a la gira. El día anterior llamé al jefe de espectáculos del diario Clarín y le dije que le iba a dar una foto con una sola condición: que esté en la portada del diario. Fue algo que gesté con un año de antelación y no se lo había dicho a nadie. La tapa que me imaginé era las manos de Charly -que son muy simbólicas por los dedos- apoyadas en el muro de los lamentos. Logramos que fuese la portada de Clarín. Y era mucho más que una mera foto de Charly. Era el símbolo de su recuperación, la esperanza, el agradecimiento, la fe. La foto envolvía mucho simbolismo. Se me pone la piel de gallina de la emoción.

-¿Por qué dejaste de trabajar con Charly?
Porque se cumplió un ciclo. Le di todo. Entregue muchos momentos de mi vida para lograr su recuperación. Yo tenía un solo objetivo en mi vida con Charly: Hitos. A mí siempre me gustaron sus canciones, nunca compré mucho el personaje de “Say No More” y el “Charly polémico”. Siempre soñé -desde que era su fan- que se recuperara y que pueda tocar sano. Así que el 10 de diciembre me fui con un Charly sano, tocando y con una cuenta bancaria enorme, con mucha felicidad y una tranquilidad emocional en lo personal.

Por Santiago Ruiz
Fuente: Revista Random

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Reeditan 15 discos clásicos de rock nacional

$
0
0
La Argentina no se escapa a la tendencia mundial por el vinilo. El regreso de este soporte histórico representa una parte pequeña, pero creciente del mercado discográfico y envuelve además a todo un universo de coleccionistas que se reúnen en ferias y consiguen los ejemplares más preciados en el mercado del usado a precios sorprendentes.


En medio de ese contexto, Sony Music lanzó 15 títulos clave del rock argentino en vinilo. Vuelven a las bateas y en su formato original discos de Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Soda Stereo, Virus y de las duplas Gustavo Cerati-Daniel Melero y Charly García-Pedro Aznar. A contramano de muchos de las reediciones del rock local que fallaban en calidad de sonido o en la presentación del arte original de tapa, esta vez el trabajo demandó un tiempo más pero se focalizó en el especial cuidado de los detalles, algo que el coleccionista valora especialmente. “Todos los títulos que estamos sacando ahora fueron editados originalmente en vinilo”, dice Damián Amato, presidente de Sony Music Argentina a Generación B horas antes del lanzamiento de la colección. “ Sus masters fueron para vinilo, su arte, todo, se editan tal cual se editaron en su momento, incluso el arte de Pescado Rabioso. Se respetaron todos los detalles, hasta los sobres y todo. Incluso respetando hasta los errores de ortografía con los que salieron originalmente. Nosotros tenemos las cintas originales. Sobre ellas se hicieron el master en 24 beats, que es más que CD, que es lo que requiere la fábrica de vinilos para mandarte la muestra blanca. Se hacen en República Checa porque es una de las mejores de Europa y te lo manda en 180 gramos.

-¿Qué representa el vinilo para vos como consumidor de música y como presidente de Sony?

-Como amante de la música, me resulta lindo tener la posibilidad de tener los discos como los compraba cuando era chico. "Canción Animal", "Signos", "Ruido Blanco", los compre originales y deben estar en la casa de mis viejos. Como Presidente de Sony esto tiene que ver con darle accesibilidad a la música en los distintos formatos en que la gente los quiera consumir y no limitarlo. Esas limitantes han hecho que el modelo de negocio cayera en una crisis importante en los últimos años y gracias a Dios esos años se están terminando. Mientras entendamos que cuanto más accesible esté la música, mayor valorar va a generar para la misma música, vamos por buen camino.

-Este tipo de discos será comprado por aquel que ya lo compró alguna vez en vinilo pero también para nuevas generaciones que jamás accedieron a estos discos en este formato y que tal vez ya lo tienen en mp3, ¿qué encontrás en este segundo grupo?

-El baterista de Eruca Sativa, Gabriel Pedernera, un músico excelente, un chico joven, estaba realmente emocionado porque esto representa la posibilidad de escuchar un sonido analógico y porque se trata de obras emblemáticas del rock nacional. No estamos editando cualquier disco de catálogo: estamos editando “Artaud”, “Pecado 2”, “Durazno Sangrando”. “Vida” de Sui Generis, los disco de Charly con Pedro Aznar… Para los chicos de las nuevas generaciones debe estar el factor del sonido, la magia del vinilo y otros están porque está de moda, por lo nuevo y por lo vintage. Yo creo que el vinilo se mató antes de tiempo, aunque los DJ lo siguieron usando, y ahora son ellos los que no lo usan. Es un ciclo, una vuelta. En un momento fue más facil vender CDs o casettes y hoy es una oportunidad darnos cuenta que a lo mejor podríamos seguir vendiendo vinilos… pero con el diario del lunes todo es más facil.

-Vos sabés que en el mercado del coleccionista estos discos valen mucho

-Si, pero no sabíamos que iban a crecer tanto. Este proyecto viene de hace 2 años y no sabíamos que un “Artaud” original iba a llegar a los 9000 pesos y ahora se puede comprar a 330 y la familia Spinetta y los músicos de Pescado Rabioso que están en los contratos originales van a cobrar su parte.
Las disquerías hace 2 años que nos están pidiendo este formato y nosotros respondemos a una tendencia mundial y de los clientes y los consumidores. Las cosas se pueden hacer bien o mal, y nosotros tardamos porque las hicimos bien, respetando cada detalle. Dante (Spinetta), Cata (Spinetta) o Vera (Spinetta) se emocionaban porque me decía que el disco está igual, incluso mejor, porque el que él tiene está bastante roto.

-¿Vos creés que la edición de estos discos en su soporte original va a volver darles el valor que tienen?

-No lo sé. Los artistas importantes y sus discos siempre son como joyas preciadas. La realidad es que no vamos a reeditar el catálogo completo, elegimos algunos que son muy especiales. “Artaud” es considerado uno de los mejores discos del rock argentino entonces desde ese lugar no va a haber una revalorización de la obra, sino desde la accesibilidad. Con $330 lo tenés. Antes si no tenías $9000 pesos no lo podía escuchar analógico. Lo que vuelve es la obra original, tal cual como fue creada.
Esto tal vez revalorice al CD cuando editemos en vinilo, remastering mediante, discos creados para CD. Probablemente la obra crezca como fue creada. Antes los discos tenían 8 o 10 temas. Cuando apareció el CD estaban locos con meter 18, los artistas estaban enloquecidos con eso, hasta que se dieron cuenta que era una boludez. Antes se ocupaban los 75 minutos. Hoy se valora la obra y se va a valorar tenerlo original, tal cual es.

-¿Los artistas nuevos te piden editar en vinilo?

-Algunos te piden hacer el vinilo, pero no todo aplica. Una cosa es Spinetta, Charly, Fito, Cerati, Cadillacs, Serú Girán, Manal, Almendra y otra es una banda que recién empieza. Cada obra tiene una trayectoria y un tiempo. “Artaud” es lo que es luego de que varios años se la considera una obra maestra del rock argentino. Fue un álbum insignia. Eso pasa con la Máquina de Hacer Pájaros. Por lo tanto hay un proceso para considerar editar una obra en vinilo, por lo tanto esa obra debe estar validada. Obvio que podemos editar a IKV o Babasónicos porque tienen una trayectoria y el proceso pasa por ahí.

-En la Argentina no se suele cuidar el archivo, ¿qué trato le dan ustedes a los archivos musicales, a esa memoria?

-Esos archivos son los activos de la compañía. ¿Cómo no valorarlo? Al dirigir esta compañía sé que esas cintas, discos rígidos, DATs, son los activos y desde hace mucho tiempo tengo a 2 personas para que las grabaciones se entreguen el los formatos originales. Incluso teniendo el archivo este trabajo costó mucho.

Un repaso por los 15 títulos editados en vinilo:

Almendra – “Almendra”: Un disco fundamental, el primer trabajo de la primera banda de Luis Alberto Spinetta que cuenta con grandes canciones. Fue publicado el 29 de noviembre de 1969 y desde su tapa ya sorprende con ese particular personaje, con una remera rosa con el nombre de la banda y un gorro a rayas rosadas y blancas. Está llorando y tiene una flecha de juguete adherida a la cabeza. Un genial diseño del “Flaco” y que trae la inmortal "Muchacha (ojos de papel)" más  "Ana no duerme", “Plegaria para un niño dormido” y “Laura Va”, entre otras.

Pescado Rabioso – “Pescado 2”: Se trata del segundo material de la banda formada por Luis Alberto Spinetta luego de la separación de Almendra. Editado en 1973, lo acompañaron grandes m´suicos como Carlos Cutaia, teclados, David Lebón en bajo, guitarra y voz (que reemplazó a Bocón Frascino), y Black Amaya en batería. Podemos encontrar temas como “Panadero ensoñado”, “Madre-selva”, “Credulidad”, “Cristálida” y “Nena Boba”.

Pescado Rabioso - “Artaud”: Mucho se habló sobre este gran material. Aunque la banda ya estaba separada, Spinetta decidió seguir adelante con el nombre. El músico contó con la participación de su hermano Gustavo Spinetta y dos de sus compañeros en Almendra, Rodolfo García y Emilio del Guercio. Imperdible las piezas como "Cantata de puentes amarillos", "Bajan" (Gustavo Cerati grabaría una versión en su disco “Amor Amarillo”), "Todas las hojas son del viento" y "Cementerio Club", entre otras. La tapa original también fue muy especial. No era cuadrada, tenía una forma octogonal irregular de cuatro puntas y con la foto de Artaud. Es uno de los discos más importantes dentro de la historia de nuestro rock.

Invisible - “Durazno Sangrando”: Luego de la experiencia con Pescado Rabioso, Luis Alberto Spinetta le dio vida a esta importante banda. En este segundo trabajo publicado en 1975, el reconocido músico contó con la participación de Pomo Lorenzo (batería) y Machi Rufino (bajo). “Encadenado al ánima” y el tema que le da nombre al disco son algunas de las canciones.

Invisible – “El Jardín de los presentes”: Tercer y último material de la banda. Fue grabado bajo formato cuarteto con Tomás Gubitsch en la guitarra. "El anillo del Capitán Beto" y “Los libros de la buena memoria” son dos de las canciones más queridas por el público.

Luis Alberto Spinetta – “A 18’ del Sol”: Un material más cercano al jazz fusión. Sonidos y arreglos virtuosos que se alejaron un poco del rock. Un disco interesante para todo aquel que quiera descubrir la gran obra del “Flaco”.

Sui Generis – “Vida”: El gran debut del dúo formado por Charly García y Nito Mestre. Se grabó en 1972 bajo la producción de Billy Bond durante los descansos de su banda La Pesada. El comienzo de algo grande. Temas que se convirtieron en himnos como “Canción para mi muerte”.

Charly García / Pedro Aznar – “Tango”: Compartieron su experiencia musical en Seru Giran. Charly y Pedro se metieron a fines de 1985 en los estudios Moebio para darle vida a este primer trabajo. Joe Blaney se encargó de la consola y los dos músicos en tocar todos los instrumentos. Máquinas, samplers  y buenos arreglos. “Ángeles y predicadores” y “Pasajera en trance” los recomendados.

Charly García / Pedro Aznar – Tango 4: Años después, en 1991, García y Aznar presentaron este disco con canciones como “Tu amor”, "Vampiro", con Cerati en guitarras y covers como "Break It All" (Rompan todo) de Los Shakers (con Sandro) o la genial "God Only Knows" (Solo dios sabe) de los Beach Boys. Como dato curioso, participaron Alfredo Alcón, quién leyó textos bíblicos en "30 denarios" y Jorge Luz en "Cucamonga dance".

Soda Stereo – “Nada Personal”: Muchos esperaban el segundo trabajo de esta banda moderna. El trío sorprendió en 1985 con un gran material, con canciones que ya son clásicos de nuestros rock. Un sonido trabajado, bases potentes y la particular guitarra de Gustavo Cerati marcaron un nuevo camino dentro de la banda. Los muchachos se pusieron dark. Tres grandes temas para escuchar: “Nada Personal”, “Juegos de Seducción” y “Cuando pase el temblor”.

Soda Stereo – “Ruido Blanco”: (1987) Sin lugar a dudas, una de las grandes tareas que realizó la banda fue su conquista del continente americano. Largas giras que llevaron al rock nacional a tocar en distintos países y dándole vida al rock latino. Aquellas históricas presentaciones quedaron registradas para siempre en este gran material. Para los fans históricos, imperdible el “Vita-Set”.

Soda Stereo – “Doble Vida”: Para fines de los ´80, el grupo dominaba el panorama local y era número uno en varios países americanos. Los músicos se instalaron en Estados Unidos junto a Carlos Alomar, quien participó en varios discos de David Bowie, quien se encargo de producir estas nuevas canciones. Un sonido más “up”, con canciones que se convirtieron en clásicos como “En la ciudad de la furia” o “Lo que sangra (La cúpula)”, entre otras.

Soda Stereo – “Canción Animal”: “Nada nos libra, nada más queda”, cantaba Gustavo Cerati en “De música ligera”, quizás el tema más emblemático dentro de la historia del grupo. Cambió de década y de sonido.  Un trabajo más marcado en las guitarras, un regreso a la fuente del rock nacional de los ´70. Los ´90 serían distintos.

Cerati / Melero – “Colores Santos”: Experimento entre dos colegas y amigos. Cerati y Melero se conocían desde hacía años, cuando el segundo aportó sus ideas musicales en el primer disco de Soda y en posteriores trabajos. Samplers, teclados, máquinas y mucho más. “Vuelta por el Universo” fue uno de los más escuchados.

Virus – “Superficies de Placer”: (1987) Un grupo fundamental para entender la música moderna en la argentina y en particular por el trabajo de su cantante Federico Moura. Este material fue grabado en Río de Janeiro y mezclado en Buenos Aires entre abril y agosto de 1987. Con su anterior trabajo “Locura”, que fue todo un éxito, el grupo fue por más logrando grandes canciones. “Polvos de una Relación”, “Superficies de Placer” o “Miradas Speed” son un reflejo de este gran trabajo.

por Sebastián Grandi

Fuente: Generación B

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

El muerto goza de buena salud

$
0
0
Esta semana reaparecen varios clásicos del rock argentino, incluyendo un Artaud que respeta la idea original de Spinetta. En la era digital, la resurrección del vinilo apunta a un público minoritario, pero con tanta fidelidad como el microsurco bien fabricado.

Es un negocio, sí, pero es también un acto de reparación histórica. Al analizar el renacimiento del formato vinilo suele considerarse la faceta snob, pero en estos días hay muchas personas que sienten una genuina emoción al sostener un ejemplar de Artaud idéntico a como lo ideó Luis Alberto Spinetta en 1973. Tras la Noche de los Vinilos realizada el jueves pasado en la disquería Ateneo Grand Splendid (donde una fila de cuadra y media de gente vació las estanterías), esta semana desembarcará en todos los negocios la primera tanda de reediciones en vinilo del sello Sony Music, una lista que entusiasma a quienes están hartos de los precios abusivos instalados por el renovado interés en el formato: Durazno sangrando, El jardín de los presentes (Invisible), Almendra, Pescado 2 (Pescado Rabioso), Artaud (Spinetta, aunque firmado por Pescado) y A 18’ del sol (Spinetta); Colores santos (Gustavo Cerati/ Daniel Melero), Nada personal, Ruido blanco, Doble vida y Canción animal (Soda Stereo); Tango y Tango 4 (Charly García/Pedro Aznar), Vida (Sui Generis) y Superficies de placer (Virus). Una selección que hace que más de uno rompa el chanchito y recaliente la tarjeta.

El regreso del vinilo ya no asombra a nadie y se trata de un fenómeno mundial. Aunque el formato representa una cifra ínfima de un negocio que mueve 15 mil millones de dólares anuales, su crecimiento es innegable: en 2014, las ventas globales subieron un 54,7 por ciento, alcanzando el 2 por ciento de la torta. Nada mal para un formato al que se dio por muerto hace años, en un contexto de enorme crecimiento del mercado digital. Es una bipolaridad interesante: en su último Digital Report, la IFPI (International Federation of Phonographic Industry, el conglomerado de sellos discográficos) informó que las ventas en ceros y unos superaron por primera vez a los formatos físicos y que, lenta pero sostenidamente, el streaming va desplazando al downloading. El usuario del siglo XXI prefiere escuchar la música en sitios como Spotify, Pandora o Soundcloud, y es por ello que el mismísimo iTunes prepara un relanzamiento como sitio de transmisión de música online. Pero al mismo tiempo, en Inglaterra se vendió un 60 por ciento más de vinilos; en Estados Unidos, un 52,8 por ciento; en Japón, un 81 por ciento, y en Australia, un impactante 127 por ciento más. Ningún mercado puede exhibir semejantes tasas de crecimiento.

¿Y dónde queda Argentina en ese mapa? El sitio de Capif (la cámara que nuclea a sellos argentinos) no ofrece cifras oficiales de 2014, pero Damián Amato, presidente de Sony Music, dice a este diario que –en un mercado que experimentó un alza del 67 por ciento en ventas digitales– su compañía vendió el año pasado más en formatos físicos que en virtuales. “Hay distintas formas de accesibilidad: la música nunca estuvo en crisis, estuvimos en crisis nosotros, los del modelo de negocios. Matamos el vinilo, matamos el casete, hubo piratería, nos pusimos a combatir a Napster y nos equivocamos. Había que encontrar la manera de vender música por Internet, sí, pero también en los demás formatos. Y la prueba de eso es que el vinilo, que dimos por muerto hace 22 años, está vivo”, señala. El mayor problema, claro, es la fabricación del 180 gramos: los nuevos discos de rock argentino fueron fabricados en República Checa, buscando el mejor sonido posible; el arte gráfico, que replica exactamente los originales, fue realizado aquí. “Ojalá en el futuro cercano podamos volver a fabricar en la Argentina, pero para eso hacen falta inversores”, señala Amato.

El interés existe, y de eso da cuenta la proliferación de cuevas dedicadas al 33 1/3 y las incipientes bateas de grandes cadenas. Está claro que se trata de un nicho en el que mucho tiene que ver la pasión (y a veces la tara) coleccionista: los vinilos son caros no solo por la escasez de material (en Estados Unidos hay sólo una docena de fábricas; una sola compañía en Oriente procesa el 80 por ciento del plástico necesario) sino también por el poder de la moda, que hace que los discos que hace quince años se remataban por pocos mangos hoy tengan precios prohibitivos. Es cierto que el vinilo tiene otra calidad y calidez sonora, pero no es automático: aquellos discos fabricados desde un master digital y sin mayor cuidado en el proceso son solo CD en un nuevo empaque. Hasta el momento y por cuestiones de disponibilidad, quien esto escribe solo pudo escuchar Artaud: afortunadamente, la reedición de ese disco esencial de Spinetta –la joya más valiosa de toda esta colección, dada la decisión de lanzarla con su tapa trapezoidal– supera la prueba y hace la experiencia más gozosa: hay una presencia de los sonidos, una respiración y profundidad de la música, difícil de traducir en palabras. Y no resulta nada menor el precio de venta, fijado en 330 pesos para los discos simples y 450 para los dobles. “Queremos marcarles la cancha a los formadores de precios, donde hay muchos excesos”, se anima Amato.

Estos quince títulos, además, son el comienzo de un renacimiento vinílico que promete nuevas satisfacciones. La Fase 2 que se producirá en septiembre irá más allá, con discos que tuvieron ediciones originales y otros que nunca fueron lanzados en este formato. Así podrá conseguirse nuevamente parte de la década dorada de Charly García (Parte de la religión, Cómo conseguir chicas, Filosofía barata y zapatos de goma), Tester de violencia y Don Lucero de Spinetta, Lo mejor de Pescado Rabioso, los dos de La Máquina de Hacer Pájaros, Locura de Virus y Dynamo de Soda; pero también todo Gustavo Cerati solista (Amor amarillo, +Bien, Bocanada, 11 Episodios Sinfónicos, Siempre es hoy, Ahí vamos y Fuerza natural, que sí había sido editado en vinilo) y los primeros cinco discos de Babasónicos (Pasto, Trance Zomba, Dopádromo, Babasónica y Miami), por primera vez en este formato. Teniendo en cuenta que el catálogo de Sony incluye nombres como Sumo, Los Fabulosos Cadillacs, Ratones Paranoicos, Andrés Calamaro y hasta próceres como Manal, Moris y Vox Dei, abundan las posibilidades. Hay un público compuesto por viejos carrozas que nunca perdieron el afecto por levantarse a dar vuelta un disco y jóvenes de curiosidad estimulada. El crecimiento del mercado, claro, dependerá también de la accesibilidad del hardware: las bandejas giradiscos, y sus correspondientes cápsulas y púas, siguen teniendo costos aún altos.

Lo cierto es que la era digital terminó trayendo la extrañeza de un jubilado de pronto enviagrado. Y lo que era una pieza de museo vuelve a salir a la cancha con botines nuevos: muerto el vinilo, que viva el vinilo.

Por Eduardo Fabregat

Fuente Página 12

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

100 Mejores canciones

$
0
0
1 - Inconsciente Colectivo
Yendo de la cama al living, 1982

Como standard de fogón y gospel de la transición democrática, “inconsciente colectivo” es una canción desfasada de su sonido primordial, melodía y letra disueltas en un estado de ánimo que conjuga el miedo y los sueños de libertad de una época. Al escuchar “nace una flor, todos los días sale el sol”, lo primero que resuena en la mayoría es Mercedes Sosa, esa especie de voz en off de la conciencia musical argentina. Pero hay que volver a la grabación original del tema, la que cerraba el debut solista de Charly García de 1982. Tras la separación de Serú Girán, García relanzaba su carrera convertido en una celebridad nacional. Las expectativas eran enormes. Yendo de la cama al living (que se publicaría en tándem con Pubis Angelical, la banda de sonido de la película de Raúl de la Torre) tenía que ser también una reinvención. después de grabar todas las pistas entre los estudios ION y Panda, Charly y el técnico Amílcar Gilabert se sentaron a escuchar el material. Había algo que no funcionaba. Y aunque no podía definir qué era, Charly optó por descartar todo y empezar de nuevo. “Esa decisión fue una pegada”, dice Gilabert ahora.

En comparación con su obra previa, el Charly solista ostentaba un sonido “más racional, no tan cargado de cosas, donde los silencios funcionaban también como notas musicales”, en palabras de Gilabert. “Inconsciente colectivo” era un inédito de la época de Bicicleta (1980) que Serú tocó en sus shows del coliseo de Diciembre del 81. Era una balada sobre la vida nueva y las fuerzas oscuras, y tenía una resonancia política innegable. Charly en otro momento genial de lo que podríamos llamar intimidad de masas. “Encontré una forma de hacerlo que me gustó”, le dijo a Claudio Kleiman en Expreso Imaginario, en Noviembre del 82. “Tiene una cosa eléctrica que se repite todo el tiempo, como una especie de mantra, y por otro lado la melodía es casi folk”. El baterista Willy Iturri, ejecutor de la base minimalista (proto trip-hop), fue el único músico que participó de la grabación además de Charly, que se cargó el resto de los instrumentos. “El arreglo nos costó muchas vueltas manzana alrededor de panda”, recuerda Iturri. “Hacíamos una toma, no nos conformaba y salíamos a caminar para hablar de qué estaba fallando.” Si nos abstraemos del contexto-país, de su impronta psicobolche, y penetramos en la materia sonora de la grabación, es llamativo ver cómo esta marcha fantasmal de pop moderno se convirtió en un himno para patios de escuela, en el tema más versionado del catálogo de García. Algo así como el “Imagine” del rock argentino.
Por Pablo Plotkin

2 - Viernes 3 AM
La grasa de las Capitales, 1979

La balada opresiva, sin estribillos ni entrelíneas, que una noche Charly escribió en diez minutos, como Bob Dylan con “Blowin in the wind”. De hecho, la grabó mientras improvisaba melodía y letra de punta a punta en el estudio, y el piano y una de las voces (después la dobló) de esta iluminación a deshoras quedaron en la mezcla final. Ws el espejo roto de “No te dejes desanimar”, el tema de autoayuda de la máquina de hacer pájaros, y fue censurado por la dictadura por “Incentivación al suicido”, un incidente que quedó en el olvido pero que por entonces contribuyó para agigantar su impacto. En “viernes 3 AM” las cosas terminan mal: ante la perspectiva de un fin de semana insoportable como parábola de vacío ideológico, el protagonista acaba con su vida porque “no puede más”. “Viernes 3 AM tiene un error”, reconoce Charly. “Dice Bang, Bang, Bang”. Nadie puede pegarse tres tiros. Con el primero ya se mató.” En la versión que aparece en La Grasa de las Capitales no participa David Lebón, pero sí lo hace el bajo angustiado de Pedro Aznar, quien reveló que “cada vez que la ensayábamos no podía evitar llorar”. Una confesión que eleva todavía más a este réquiem de aires tangueros y genialidad instantánea.
Por Nicolas Miguelez

3 - Los dinosaurios
Clics modernos, 1983

Joe Blaney, el productor de Clics Modernos, cuenta que, mientras Charly grababa “Los dinosaurios” en Nueva York, algunos amigos argentinos que presenciaban la sesión se largaron a llorar a mitad del tema. El poder de conmoción de este clásico abrazó a todo un país justo cuando la democracia volvía a respirar, y era lógico que el cancionero argentino se llenara de referencias a la dictadura. El aporte de García estaba a años luz de la mayoría e impactaba por su realismo y el uso de frases simples como “los amigos del barrio pueden desaparecer”. Sólo esa línea bastaba para remitir y explicar un tiempo atroz. Lo más extraño, y eso también habla muy bien de García, es el modo que ha tenido de desligarse de los análisis que provocó la letra: “Juro que cuando la escribí no pensé en los militares... La letra tenía más que ver con el sentimiento de ausencia que se produce en uno cuando pierde algo, desde un amor hasta el cepillo de dientes”, señaló el autor a Rolling Stone. Esa declaración, incorrecta y genial, potencia el valor poético de una canción que dejó de pertenecerle hace mucho. La intro del sintetizador, la melodía titilante en el piano, los arreglos vocales de fondo y la guitarra intermitente de Larry Carlton fluyen en un manifiesto elevado sobre la verdad y la memoria.   
Por Oscar Jalil

4 - Yendo de la cama al living
Yendo de la cama al living, 1982

La carrera solista de Charly García empieza con un desperezamiento, una especie de gemido estirado sobre unas notas de bajo y una percusión programada en una máquina de ritmos Roland TR-808. Después, un slide show de escenas lujosas y decadentes parecen hablar sobre alguien que puede tener todo menos amor. Era 1982, Serú Girán se estaba separando y a Charly le había llegado el momento de ser solista mientras Argentina estaba en guerra con Gran Bretaña por las Islas Malvinas. Su debut en solitario se editó en agosto de 1982 y “Yendo de la cama al living” era su primer tema y el que le daba título al disco. El ritmo constante y aletargado del track destilaba el clima de asfixia y paranoia que se había vivido en Buenos Aires, pero tenía un origen doméstico. Charly había encontrado a su hijo Migue escuchando una y otra vez el comienzo de una canción de Serú Girán. Cuando cambiaba el ritmo, la rebobinaba y volvía a escuchar esa parte. “Me acerqué a preguntarle si la parte que venía no le gustaba, y me dijo que para él los temas tenían que tener sólo una parte”, contó Charly. “Gracias a él entendí que muchas veces la música se complica demasiado, como si no se pudiera, digamos, gozar... Entonces hice Yendo de la cama al living, y eso le gustó.”
Por Juan Morris

5 - Canción para mi muerte
Vida, 1972

Charly Garcia compuso “Canción para mi muerte” durante su fugaz paso por la conscripción, donde insultó a un teniente, mintió diciendo que tenía un soplo en el corazón para zafar y terminó en un hospital militar escribiendo la canción. “Me sentía muy mal por unas anfetas que me había tomado. La cabeza me daba vueltas, pensaba que era mi fin”, contó años después. “En diez minutos, mientras todo el hospital estaba durmiendo, compuse el primer éxito de Sui Generis.”

“Canción para mi muerte” se convirtió en el primer hit masivo del rock nacional desde “La balsa”, y su temática, ligada a los conflictos y sueños de la adolescencia, atraería por primera vez a un público más joven. Pero el single con “Canción” (y “Amigo vuelve a casa pronto” en el lado B) como adelanto del debut de Sui, Vida, significó -además del arribo de un nuevo grupo y un compositor fundamental del incipiente movimiento de rock argentino-, la aparición de un sonido folk-rock acústico con pocos precedentes. En la grabación, producida por Billy Bond, participó, entre otros, el guitarrista Claudio Gabis. “A mí me dio la oportunidad de tocar en un estilo de folk-rock que no había utilizado hasta ese momento”, dice Gabis ahora. “Aún hoy, cuando la escucho me emociono.”
Por Claudio kleiman

6 - Desarma y sangra
Bicicleta, 1980

“Que canción tan bella, Dios mío”, dice Mercedes Sosa en un video, conmovida, después de grabar “Desarma y sangra” para el disco Cantora. Fito Páez, que la grabó en su disco Moda y pueblo, la definió como “una de las más hermosas de la música argentina de todos los tiempos”. Charly la compuso en parte cuando tenía 12 años y, aunque el primer vinilo de los Beatles editado en Argentina ya lo había transformado para siempre, esos acordes de piano estaban influidos por su formación clásica. En 1980, cuando Serú Girán iba a grabar Bicicleta, su tercer disco, Charly escuchó a Tayda, el hijo de David Lebón, cantando “Blanca Navidad”, un villancico infantil que le recordó aquel viejo tema. Esa misma noche se sentó al piano y lo terminó. La letra combina imágenes bellas y punzantes: “Tu tiempo es un vidrio/Tu amor un faquir, mi cuerpo una aguja/Tu mente un tapiz”. “La música es clásica, pero no la hice para demostrar nada, aunque es cierto que la toco para demostrar que puedo tocar así”, contó Charly. “Cuando hice la letra me acuerdo que pensé en lo del faquir y en algo alegórico... Pensé en alguien víctima de la Inquisición y en ese clima de sanguijuelas y tortura. “Hasta pensé en Houdini escapando y mirando alrededor!”
Por Juan Morris

7 - Nos siguen pegando abajo (pecado mortal)
Clics modernos, 1983

Unos meses después de su debut solista con Pubis angelical / Yendo dé la cama al living y un show multitudinario en el estadio de Ferro, García viajó a Nueva York en busca de nuevos sonidos. Por esos días, la vuelta de la democracia estaba cerca y él pensaba que tenía que devolverle al rock la cuota de esparcimiento que alguna vez había tenido. Alquiló un loft, compró instrumentos y máquinas de ritmos, y comenzó a escribir la letra y las líneas instrumentales de “Pecado mortal” (ése era el nombre original que no sería aceptado en los registros de Sadaic). Para la grabación en los míticos Electric Lady Studios, de Jimi Hendrix, contrató al productor que venía de grabar con The Clash, Joe Blaney. “Grabamos “Nos siguen pegando abajo”, y se armó”, escribió García en RS 107- El tema que abre Clics modernos encendió la llama del pop electrónico y enfrentó al rock nacional con el futuro: nunca antes se había usado una batería electrónica Roland TR-808 en la música argentina. Pedro Aznar, que estaba en NY tocando con Pat Metheny, grabó coros y un bajo maravilloso. La frase de guitarra, a cargo de Larry Carlton, alcanza un grado de efectividad emocional altísimo.   
Por Bruno Larocca

8 - Eiti-leda
Serú Girán, 1978

Hay algo urgente en “Eiti-leda” y su vocación sinfónica, que invócalas necesidades tempranas de Charly en el contexto político de los años 70. La libertad, el sexo, las sustancias prohibidas, la música como agente de cambio. Es el “A Day in the Life” de Serú Girán, en el que García es John y Paul en la misma canción, pidiendo todo eso que quiere, germinando belleza donde florecía paranoia. En un principio se llamó “Nena”, y puede escucharse en Adiós Sui Generis 3, de 1975. Tres años después abrió el debut de Serú, pero encontró su mejor forma en No llores por mí, Argentina, el disco en vivo de 1982, energizada por el sonido de la época, Steely Dan y la brillantina de All ThatJazz. Fue escrita para Nito, y pese a la incomodidad de Charly para cantarla, sobrevivió con variaciones mínimas, como si nunca se hubiera animado a reescribirla por temor a alterar su equilibrio molecular. “Este tema lo hice a los 17 años, con una melodía más o menos. La letra es mala”, dijo en el Colón dos años atrás, antes de emprender su última versión conocida. El final (“el invierno fue malo y creo que olvidé mi sombra en un subterráneo”) apunta al corazón y da en el blanco, aunque Charly no piense lo mismo.
Por Nicolas Miguelez

9 - Promesas sobre el bidet
Piano Bar, 1984

En 1999 en el estadio Obras, antes de la sección instrumental de ‘Promesas sobre el bidet’, un Charly García con la cara plateada exclamaba: “¡Qué temazo!” En pleno brote Say No More, el artista volvía a maravillarse espontáneamente ante una de las composiciones más bellas y en apariencia simples de su repertorio, una balada llena de aire (esa suspensión del tiempo previa al estribillo) grabada quince años antes, en la época de su relación con la brasileña Zoca. Charly parece sentir una debilidad por este hit del disco Piano Bar, de 1984. En “Los 20 mandamientos” que apuntó en 2007 para el diario Página/12, un breve catálogo de conceptos y ocurrencias sobre el arte de escribir y componer canciones, le dedica el punto 10, y es el único pasaje del texto en el que menciona una composición propia: “Para hacer un tema como ‘Promesas sobre el bidet’ hace falta una brasilera divina y un bidet. Y son cosas que no están al alcance de todos”. En el registro en video de las sesiones de Piano Bar, un disco grabado en directo en los estudios ION (y luego mezclado en Electric Lady, en Nueva York), se puede ver cómo Charly llega al final del tema repitiendo a los gritos el “se acuerdo” de la letra hasta casi terminar llorando.
Por Pablo Plotkin

10 - Rezo por vos
Parte de la religión, 1987

A mediados de la década del 80, la sociedad creativa entre Charly García y Luis Alberto Spinetta no sólo venía a derrumbar una supuesta dicotomía dentro del rock argentino, sino también a contrarrestar un lapso de oscuridad en la vida de Charly. Aquel acercamiento, que inicialmente pretendía ser de compañía y contención, decantó en la idea de un disco conjunto que incluyó 30 horas de grabación en los estudios Moebio, pero que jamás llegó a concretarse. ‘Rezo por vos’, una de las canciones que sobrevivieron al proyecto -con el clásico arpegio de guitarra en Re y un estribillo agudo cargado de épica-, inmortaliza el clima tempestuoso del universo privado de Charly con tono religioso. Además arrastra un extraño antecedente: durante su presentación en vivo en el programa Cable a tierra, conducido por Pepe Eliaschev, se incendió el departamento de Charly -asustando al mismo Spinetta por la coincidencia con la línea ‘…y quemé las cortinas y me encendí de amor…’-, cargando la canción con una mística espesa que se reprodujo durante su regrabación, en Panda para Parte de la religión. “Cuando nos poníamos a hacer ese tema se bajaban las luces del estudio”, recuerda el ingeniero Mario Breuer. “Lo rodeaba una fuertísima intensidad.”
Por Juan Barberis

11 - Confesiones de invierno
Confesiones de invierno. 1973

El tema que da titulo al segundo LP de Sui Generis es interpretado sólo por Charly García. “Era algo que viví entre ‘Canción para mi muerte’ y el segundo LP”, contó. “Antes nunca había caído preso, recién en esa época me empiezan a llevar.” Edificada en torno a un Re Mayor arpegiado, ‘Confesiones’ es un folk semiautobiográfico de cinco estrofas que se despliegan como capítulos de una novela: un joven protagonista que, naufragando a la deriva, va preso y termina en el manicomio. La canción rápidamente adquirió un carácter emblemático contra la represión policial: en Adiós Sui Generis el público estalla en un aplauso cuando Charly canta aquello de “la fianza la pagó un amigo, las heridas son del oficial”.


12 - Cuando ya me empiece a quedar solo
Confesiones de invierno, 1973

Confesiones de invierno, el segundo disco de Sui Generis, da inicio a una etapa más compleja y ornamentada para el dúo devenido en cuarteto. ‘Cuando ya me empiece a quedar solo’, el primer track, fue compuesta por Charly sin ningún instrumento a mano, mientras vivía en una pensión con María Rosa Yorio. El bandoneón de Rodolfo Mederos y la voz aflautada de Nito Mestre musicalizan la historia de un hombre caído en desgracia. En un gesto progresivo, la canción se exalta con una estrofa veloz y la voz rasposa de Charly, para volver luego a sumergirse en una melancolía flotante y arrabalera.

13 - Canción de Alicia en el país
Bicicleta, 1980

La influencia de Lewis Carroll en la cultura rock se remonta a la psicodelia, pero nadie había utilizado de un modo tan político el imaginario de Alicia en el país de las maravillas como lo hizo García en este clásico de Serú Girán, una de las alegorías más contundentes sobre la dictadura argentina. Compuesta para una obra de teatro, ‘Canción de Alicia en el país’ es una suite dramática donde el autor apenas disimula que su verdadera intención es hablar de la censura y el terrorismo de Estado. Hay algo operístico en el diseño de la pieza, y los cambios de tono en la voz de Charly (del suave falsete inicial al rugido de imágenes oscuras) puntúan un relato que se deforma al calor de la violencia que late detrás del espejo.

14 - No llores por mí, Argentina
No llores por mí, Argentina, 1982

Aunque luego fue notablemente retocado en estudio, No llores por mí, Argentina es el álbum que condensa el sonido en vivo de Serú. Es el adiós en público del grupo, que a la vez despide una manera de hacer las cosas: Pedro Aznar lo grabó con el pasaporte en la mano, a punto de viajar para sumarse al Pat Metheny Group, y no es casual que empiece con esta canción que funciona como evidente adelanto del Charly que se vendría. Más directo, mas provocador, más real. Menos excesivo. Una ironía rockera contra la dictadura en clave New Wave a la que apenas le hizo falta esta versión en vivo para pasar a la historia como la instantánea de un momento de quiebre.

15 - El fantasma de Canterville
PorSuiGieco, 1976

Charly Garcia toma de Oscar Wilde el titulo de uno de sus temas más contestatarios y censurados, que León Gieco haría popular. Folk rock de resonancia dylaniana, fue grabado en el álbum Por-suigieco, colaboración entre García, León y Raúl Porchetto. Pero, a último momento, en el contexto represivo del 76, ‘El fantasma…’ fue reemplazado por ‘Antes de gira’. Sin embargo, hubo una tirada inicial de vinilos que incluía el tema, sin consignarlo en la tapa ni en el sobre interno. Gieco en 1976, con la letra suavizada, para su álbum El fantasma de Canterville. También hay una temprana versión en vivo de Adiós Sui Generis (75), pero editada muchos años más tarde.

16 - Demoliendo hoteles
Piano Bar, 1984

El inicio del periodo salvaje, con un canto de guerra que describe de dónde venimos, subraya algunos traumas y deja un interrogante ante el voluntarismo desmedido de la primavera democrática. La apertura de Piano Bar es la síntesis más acabada del concepto de reacción, después del clic moderno nada podía ser igual y el gesto crudo de la canción es el modo de contradecir a todos. El disco está grabado íntegramente en vivo, no hay segundas tomas y todo suena urgente y despojado. ‘Demoliendo hoteles’ funcionó como el campo de prueba para confirmar el aguante de la banda integrada por los GIT, Fito Páez y Daniel Melingo. También incluye la frase generacional del disco, la irrefutable ‘yo que nací con Videla’.

17 - Rasguña las piedras
Confesiones de invierno, 1973

En 1973, Charly Garcia vivía Con Maria Rosa Yorio en una pensión que quedaba en Aráoz y Soler, en Palermo, donde lo único que la pareja tenía era una guitarra, un colchón de dos plazas y un equipo de música en el que escuchaban ‘Artaud’ de Spinetta y ‘The Dark Side of the Moon’ de Pink Floyd. Una tarde, María Rosa salió a comprar algo al almacén y cuando volvió, Charly ya tenía listo el gran himno de fogón del rock argentino. En la grabación del tema, producido por Billy Bond, le sumaron una respiración asfixiada al comienzo. “La idea del tema era expresar las ganas que uno tiene de sacarse de encima las lacras de la sociedad”, le dijo Charly a RS. “Y también las propias debilidades, los empecinamientos o los clichés negativos que cada uno lleva adentro.”

18 - Cerca de la revolución
Piano Bar, 1984

Otro de los puntos altos de un album casi perfecto, ‘Cerca de la revolución’ fue de los primeros temas compuestos para Piano Bar, a partir de una secuencia de acordes inspirada por el hit ‘Venus’, de Shocking Blue. Un García idealista pero desencantado ve el horizonte siempre lejano de la revolución, y palpa los límites de la democracia: “Y si mañana es como ayer otra vez, lo que fue hermoso será horrible después, no es sólo una cuestión de elecciones…” Se enfrenta a una realidad que lo supera (como el protagonista de ‘Street Fighting Man’), pero redobla la apuesta con un llamado a la acción que se volvería parte de la marca García: “Pero si insisto, yo sé muy bien te conseguiré”. Guyot sorprende con un solo de guitarra improvisado.

19 - Yo no quiero volverme tan loco
Yendo de la cama al living, 1982

Este tema, al igual que ‘Inconsciente colectivo’, iba a formar parte del quinto álbum de Serú Girán, que no llegó a grabarse por la partida de Aznar y la separación del grupo. Nació como un adrenalínico rock New Wave bajo el título ‘Pena en mi corazón’, y fue interpretado por Serú en sus recitales en el Coliseo del 81, con García en la viola eléctrica. Reaparece en Yendo... como un rock midtempo en la línea Petty-Springsteen, y tal vez de ahí la elección de León Gieco como cantante invitado. Grito de rebeldía juvenil de Charly ante una sociedad pacata y reprimida (“No me importa si soy un bandido/Voy pateando basura en el callejón”), contiene una frase genial que se volvió eslogan popular: “La alegría no es sólo brasilera”.

20 - Pasajera en trance
Tango, 1986

Alojados en alguna parte del Gramercy Park de Nueva York, Charly y Pedro Aznar (que venía de terminar su aventura con el Pat Metheny Group) se encerraron a grabar con instrumentos y una portaestudio (el grabador de casete que revolucionó la forma de componer en los 80). De aquellas vacaciones en cautiverio nació esta notable canción narcótica: un fresco digital, cadencioso y maquinal a la vez, que describe un estado psiquiátrico que está en trance permanente, donde la noción de lo real parece perdida hasta nuevo aviso. En los años 90, García la rescató para su mítico MTV Unplugged, y en los últimos tiempos solía tocarla en vivo junto a Gustavo Cerati, fan confeso de una de las melodías más misteriosas e inspiradas de Charly.

21 - No soy un extraño
Clics modernos, 1983

‘No soy un extraño’ sintetiza de un modo magistral esa sensación de cambio que atravesaba Charly García en la época de Clics modernos: la necesidad de sentirse otro sin importarle lo que se esperaba de él tras haber sido gigante con Serú Girán. Canta como susurrando entre máquinas de ritmos, mientras la guitarra de Larry Carlton enhebra la melodía y se acerca el momento en el que en su confesión levanta el tono: “Desprejuiciados son los que vendrán, y los que están ya no me importan más”, cantaba un Charly que buscaba escapar a esos “carceleros de la humanidad” que exigían que se mantuviera dentro de su molde musical. Su cabeza estaba llena de nuevas ideas, de ganas de experimentar, y fueron muchos los que condenaron esta convicción de seguir siendo vanguardia.

22 - Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris
Vida, 1972

“Charly me mostraba alguna linea melódica o yo le contaba alguna idea, y así comenzaba el juego”, dice Carlos Piegari, miembro original de Sui Generis y autor de la letra de esta canción, la fábula triste de un hombre apegado a la moral represiva del viejo mundo. Nito Mestre y García llenan el estribillo de crispación cuando cantan: ‘De qué sirvió cuidarte tanto de la tos?/No tomar más de lo que el médico indicó/Cuidar la forma por el qué dirán’. “El tema representa el típico destilado adolescente donde la muerte y la melancolía mórbida nos fascinan”, explica Piegari. “Además recién me había mudado al barrio de Recoleta y me obsesionaba el cementerio.”

23 - No bombardeen Buenos Aires
Yendo de la cama al living, 1982

Motivada por Malvinas, es una de las letras esenciales del García de los 80. El sinsentido de la guerra queda expuesto en versos como ‘los jefes de los chicos toman whisky con los ricos/mientras los obreros hacen masa en la plaza’, en alusión a Leopoldo Galtieri. La filosa ironía de Charly muestra también el miedo de la clase media porteña (de él mismo) a que la guerra llegara a la ciudad (‘No bombardeen Barrio Norte!’). “El tema habla del terror y de cuando sentís que se viene una mano re negra y aparentemente está todo bien”, explicó. El montaje es casi teatral, con cameos de personajes, voces en off y coros que refuerzan o contestan a la voz principal.

24 - Buscando un símbolo de paz
Parte de la religión, 1987

Con la idea de superar un año de oscuridad, Charly quiso darle a Parte de la religión un impacto instantáneo (“Es un disco post-depresión, renacentista”, dijo), tanto en el beat sostenido de las baterías como en la potencia de la voz, que se proyecta con autoridad sobre los instrumentos. ‘Buscando un símbolo de paz’, un funk con samplers y percusiones grabadas por Don Chacal en Río de Janeiro, cristaliza la búsqueda de un confort espiritual imposible. La canción termina de definirse en el puente con la voz de Paula Toller (de Kid Abelha, una de las bandas más vendedoras en la historia de Brasil) y en el solo de guitarra final de David Lebón como único rastro de su paso por las sesiones en Panda.

25 - No me verás en el subte
Cómo conseguir chicas, 1989

Invitado por Charly Garcia y el productor Joe Blaney, un día después de la primera edición del festival Amnesty Internacional, realizada en River en 1988, el violinista de Peter Gabriel, Shankar, grabó un set de cuerdas en los estudios ION. Durante esa misma sesión, García compuso en un piano la música de ‘No me verás en el subte’. “Grabamos los dos solos, el domingo, contra reloj porque él tenía que irse a las nueve de la noche”, dijo García en una entrevista. “Vino con su doble violín, tomó unos tecitos y salió una cosa alucinante.” La letra final, escrita desde la mirada de una adolescente que sufre por un affaire amoroso subterráneo, surge de una historia que le venía dando vueltas en la cabeza desde hacía tiempo.

26 - Hablando a tu corazón
Tango, 1986

Como ‘Rezo por vos’, ‘Hablando a tu corazón’ es el fruto maduro de un árbol que Charly García y Luis Alberto Spinetta plantaron juntos, pero que luego cada uno custodió por separado. Contó García: “Con Luis componíamos juntos, la gente nos veía en la calle comprando masitas y nos hacía sentir mucho poder. Nos asustamos y por eso no hicimos un disco juntos, porque se incendió el departamento”. (Mientras presentaban el proyecto en televisión, la casa de García se prendió fuego.) Fue, originalmente, una canción en inglés influida por el sonido de la época, como un juego de aproximación tecno-pop a las grandes ligas internacionales. Se volvió hit cuando García la revivió con Aznar en Nueva York, para eternizar su visión de la neurosis de los 80.

27 - Bancate ese defecto
Clics modernos, 1983

“Un mensaje hecho durante la Argentina militar pero que se puede adecuar a esta Argentina”, dijo García en el Luna Park del 83, antes de tocar este tema que cerraba el lado A de Clics. “El mensaje es: si tenés la nariz grande, hacé algo con ella y no te encojas.” La leyenda del origen de esta composición, entonces, tiene la impronta de la autoayuda: la epifanía adolescente del artista al descubrir que podía usar a favor la extraña pigmentación de su bigote. Maestro en el arte de mezclar lo público y lo privado en épocas de represión, Charly reivindica aquí la imperfección y fustiga la moda creciente de la cirugía estética, sobre una base que podría ser un puente entre los años progresivos y la New Wave. El final es casi ambient, con García exhalando la palabra “rara” como un hechicero freak.

28 - Cómo mata el viento norte
La Máquina de Hacer Pájaros, 1976

Luego de la ultima funcion del Adios Sui Generis, Charly regresó a su casa caminando: “Esa noche terminé solo en mi departamento. Cuando se hicieron las 8 de la mañana bajé y me compré dos grabadores National. Jugando, haciendo grabaciones de un grabador sobre otro, compuse ‘Cómo mata el viento norte’” reveló. El tema más folk del debut de La Máquina de Hacer Pájaros es una referencia al pasado y también el comienzo de una nueva etapa: el sintetizador espacial en la intro plantea una conexión cósmica; en la letra se respira esperanza mientras viejos aliados (Nito Mestre y María Rosa Yorio) adornan los coros y Charly los despide con la frase “mi pequeña almita baila de alegría…”

29 - Cinema verité
Peperima, 1981

Charly versus Charly en una de las páginas más metafísicas de la discografía de Serú Girán. Una melodía monumental como hoja de ruta, la introspección como ambientación natural. ‘Cinema verité’ es Charly García en su papel de observador lúcido del mundo sentado al piano, “la máquina de mirar” (una frase que es un guiño al eslogan de un programa de televisión de la época llamado Videoshow), como el voyeur que relata el encuentro entre un ricachón y su cortesana en la playa, mientras reflexiona a media voz. “Yo nací para mirar lo que pocos pueden ver”, advierte Charly en un pasaje de la letra (una de sus frases más simbólicas), embistiendo suavemente contra la superficialidad del mundo cuando todos parecen ocupados en sus cosas.

30 - Hipercandombe
Películas, 1977

Los ritmos que utilizaba la Máquina de Hacer Pájaros están basados en las letras, modus operandi que intentaba romper con la estructura monolítica del rock 4x4. ‘Hipercandombe’ se inscribe en esa lógica: velocidad máxima, encastre perfecto y una mezcla de tango-candombe-rock que no tiene antecedentes. La banda parece hamacarse dentro de esa licuadora de métricas y arreglos musicales, una exhibición de cualidades que se perfecciona mientras el relato escalofriante de García va ganando terreno. La letra habla de la paranoia urbana en tiempos de dictadura (‘No hay esperanza en la ciudad’), un exilio interno (‘Cubrís tu cara y tu pelo también’) y la certeza del espanto (‘Y si te asusta este canto final’).

31 - La grasa de las capitales
La grasa de las capitales, 1979

Mucho antes de los programas que analizan ‘el rol de los medios’, Charly García hizo una radiografía exacta de la frivolización de la prensa. “Estaba podrido de todas esas revistas tipo Gente, que eran tan caretas, y pensamos esa tapa”, afirmaba Charly sobre esa portada conceptual de Serú. En 1979, en plena dictadura, el disco abre con un coro -con aires de Queen- que pregunta ‘¿Qué importan ya tus ideales?’, y da lugar a una bajada de línea sin precedentes en el rock local sobre la fama, la transa, la gente careta y todo eso que ya ‘no se banca más’. Entre guiños a Chick Corea y a Weather Report, la producción incluye un efecto de fritura grabado en la cocina de su casa por el ingeniero Amílcar Gilabert.

32 - Tu vicio
Influencia, 2002

Un pop/rock satirico marca el pulso de García en modo autorreferencial (‘¿Por qué no me dejás, si es que soy tan sólo un vicio?’). Como un músico que se transforma en un hábito insalubre para sus fans y sobrevive a la etapa 3x1 de Say No More (grababa tres días y dormía uno), García necesitaba un hit que, después de varias temporadas de sequía, volviera a llevarlo a las radios. Las voces de García, que grabó casi todo lo que se escucha (piano acústico, Wurlitzer, guitarras, bajos, sintes, baterías y vocoder), se doblan y desdoblan entre sonidos lo-fi y hi-fi, lo que le da a la canción un carácter enfermizo. El proceso de grabación, denominado por él como ‘maravillización’, incluyó también una versión gospel de un minuto.

33 - Tango en segunda
Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, 1974

“Escribí ‘Tango en segunda’ contra [el productor] Jorge Alvarez, esa parte que dice: ‘A mí no me gusta tu cara…’ El tenía algunos pecadillos, como su very special forma de entender la distribución del dinero, y en ese momento asumió el papel de censor”, señaló Charly García a Rolling Stone, en alusión a modificaciones que sufrieron algunas letras y a la decisión de Jorge Alvarez de no incluir ‘Botas locas’ y ‘Juan Represión’. Para llenar esos huecos, García compuso nuevos temas en donde toda su inquina tenía un solo destinatario. La letra es densa y acompaña perfectamente la atmósfera espectral que crean los sintetizadores. Es el primer acercamiento de Charly al tango y también un guiño a Astor Piazzolla.

34 - No te dejes desanimar
Películas, 1977

A casi 40 años de su edición, la letra de ‘no te dejes desanimar’ puede parecer una canción de autoayuda, pero para los que la escucharon en tiempo real significó un manual de supervivencia urbana. Con un fondo musical Victoriano que pinta el paisaje de la canción, los arreglos de cuerda pertenecen a Carlos Cutaia y también buena parte de la composición. El tema es una especie de ‘Eleanor Rigby’ ciudadano y absolutamente arriesgado en la complejidad de sus cambios de ritmo: “Siempre me pareció muy loca, porque va de lo barroco a lo contemporáneo”, define Cutaia ahora. “Todo era un bajón, lo único que queríamos era tirarle buena onda a la gente. Pero tampoco íbamos a hacer cualquier cosa. Había un deleite musical en La Máquina.”

35 - Filosofía barata y zapatos de goma
Filosofía ba rata y zapatos de goma, 1990

Con el corazón en la mano. La canción que titula al disco en el que Charly se mira a sí mismo más y mejor, es una carta abierta a Marisa Zoca Pederneiras, su mujer durante más de quince años, que un buen día juntó sus cosas y partió. Se conocieron a fines de los años 70 en Brasil, cuando García se había instalado en Buzios con Serú Girán y Zoca trabajaba como camarera en un bar, y estaban juntos desde entonces. ‘En este torbellino donde nada importa, me sentí aliado y te perdí’, se confiesa García, que también pide perdón retroactivo, sin esperar respuesta: ‘No vi tu alma y quería tus venas’. Sobre el final, las voces superpuestas de Lolita Torres son señales fantasmales de un adiós definitivo.

36 - No me dejan salir
Clics modernos, 1983

Este himno del destape democrático se monta sobre un beat de discoteca y el sampleo del grito característico de James Brown. La estructura de la canción es peculiar. Por un lado, parece un encastre de estribillos diversos, incluyendo el ‘estoy verde, no me dejan salir’ que funciona como primer verso y leitmotiv; contiene uno de los riffs más reconocibles de la obra de García, pero también una secuencia de arpegios complejísima. Charly canta sobre la claustrofobia en un estado de celebración confusa. El videoclip es una síntesis del imaginario contracultural post-dictadura: un Charly estilo Duque Blanco se planta delante de una troupe de transformistas y músicos de su banda, entre los que se destaca un joven Fito Páez recién llegado de Rosario.

37 - Ojos de videotape
Clics modernos, 1983

“Este es el único tema lento de clics modernos y trata sobre alguien que está haciendo una valija mientras otro está mirando todo el día un televisor.” Así presentaba Charly ‘Ojos de videotape’ en diciembre de 1983 en el Luna Park. Como el cierre de La grasa de las capitales con ‘Canción de Hollywood’, García resuelve la despedida con una melodía cinematográfica y el efecto gradual que anticipa las últimas escenas protegido por una frase definitiva: ‘El mundo gira al revés mientras miras esos ojos de videotape’. La Roland TR-808 marca el pulso por donde el piano y la guitarra parecen disolverse. Los discos se escuchan completos, y tratándose de García, ese viejo axioma adquiere un carácter obligatorio.

38 - No voy en tren
Parte de la religión, 1987

Construido sobre un golpe de redoblante sumergido en un efecto reverb y disparado con una máquina de ritmos SP12 por el baterista Fernando Samalea, ‘No voy en tren’ es un tema de pop corrosivo y tensamente bailable cargado con un severo sentido autobiográfico. Entre una gama de teclados brillosos que chillan como cornetas y riffs de guitarras que son los cimientos de su estructura, la canción (que resultó uno de los cortes de mayor rotación del disco Parte de la religión) destila la clásica arrogancia de García, como si a través de un par de líneas ‘Porque no hay nadie que mi piel resista’, ‘No necesito a nadie alrededor’- estuviera intentando trazar un abismo con el resto de la humanidad.

39 - Fanky
Cómo conseguir chicas, 1989

Los primeros cinco segundos del riff adictivo -a cargo del Negro García López- con el que arranca el tema remiten a El Mundo de Antonio Gasalla. En 1989, García le cedió la canción a su amigo Gasalla para que la usara en la cortina del programa que estaba por comenzar. Después de ‘No toquen’, ‘Fanky’ fue elegido como el segundo single de Cómo conseguir chicas. Ese mismo año, cuando Charly la tocó en la presentación del disco en el Gran Rex, el actor devolvió gentilezas y subió al escenario caracterizado como uno de los personajes del ciclo. Es uno de los tantos temas que demeó en inglés (‘I canít get your love, show me how to do it’) y, por pedido del productor Joe Blaney, reescribió la letra en el estudio.

_____________________________

Vida
El debut de Sui Generis es la carta de presentación de un Charly García adolescente que pide permiso con una visión musical extraordinaria

En 1972, Charly Garcia y Nito Mestre rondaban los 21 años, venían de pasar el verano en Mar del Plata tocando en los teatritos donde los dejaban y ya tenían la atención del productor Jorge Alvarez. Aunque Sui Generis había empezado siendo un sexteto, habían ido perdiendo al resto de los integrantes a medida que la facultad les absorbía cada vez más tiempo y, cuando Alvarez les consiguió una audición con Billy Bond, hacía meses que ya eran definitivamente un dúo.

“La prueba fue en el estudio”, recuerda Bond, que por entonces grababa con La Pesada del Rock and Roll en Phonalex, una sala de Colegiales, y usaba las horas libres para producir a otros grupos. “Después de escucharlos un poco mandé que colocaran micrófonos y grabamos una especie de demo con dos temas. Uno era ‘Canción para mi muerte’ y me gustó tanto que empezamos a trabajar más en serio.” Esa tarde, cuando llegaron el guitarrista Claudio Gabis y el bajista Alejandro Medina, que tocaban en La Pesada, se suma-
ron a la grabación, convertidos en hacking band de la dupla.

Charly y Nito se habían conocido en los 60 en el Instituto Social Militar Dr. Dámaso Centeno, un colegio de clase media de Caballito que dependía del Ejército (tenían una materia en la que les enseñaban cómo reconocer comunistas y otra en la que los llevaban al Tiro Federal para que aprendieran a disparar fusiles Mauser). Estaban en cursos distintos y después de conocerse decidieron fusionar las bandas que tenían (To Walk Spanish de Charly y The Century Indignation de Nito) para formar Sui Generis. “Charly era desde el inicio el director”, recuerda Francisco Patri, que fue el baterista del grupo y grabó en el disco. “Cuando me los presentaron, no lo podía creer: eran todos desenvueltos y el Flaco [así le decían a García] era un tipo tímido, sensible al mundo, que tenía mucha claridad musical. Caía con los temas y sabía cómo quería que sonara.”

“Mi tarea”, dice Billy Bond ahora, “era simplemente filtrar, opinar, mejorar y organizar su trabajo”. La mayoría de las once canciones del disco, que fueron compuestas por Charly a finales de los 60 (mientras cursaba la secundaria) y comienzos de los 70, hablan sobre el fin de la inocencia y muestran el despertar ala adultez como algo traumático. Eran canciones pacíficas influidas por el hippismo y los discos folk de James Taylor y Crosby Still & Nash que estaban escuchando. “Vida lo compuse fantaseando, porque muchas de las canciones hablan de cosas que no me habían pasado, que yo imaginaba”, contó Charly en una entrevista.

Las grabaciones empezaron en agosto de 1972, terminaron en octubre y se llevaron adelante casi siempre al mediodía, durante los ratos en que La Pesada dejaba libre el estudio. Nito, que estudiaba Medicina en la UBA, se escapaba de las clases para asistir a las sesiones. “Recuerdo a Charly más tranqui y a Nito bastante nervioso”, dice Billy Bond. Esto no tenía tanto que ver con la universidad como con que, mientras el dúo grababa a corazón abierto, los muchachos de La Pesada en el control se les reían a carcajadas. “Me acuerdo de estar grabando ‘Canción para mi muerte’ y ver, del otro lado de la pecera, que estaba toda la banda de La Pesada haciéndonos burla: ‘Mirá qué blanditos que son’”, recordaba Nito.

El álbum fue editado en noviembre de 1972. “Quedó bastante desafinadito”, dijo Charly. “Tenía buenas canciones, aunque hechas con ingenuidad y poca experiencia. Pero para esa época-estaba bien.”   
Por Juan Morris

_____________________________

40 - Para quién canto yo entonces
Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, 1974

La idea de Charly era incluir una versión musicalizada de El Manifiesto Comunista en instituciones. Por sugerencia de la producción desechó la idea, y en cambio se permitió dosis de incorrección popular (‘Para quién canto yo entonces si los humildes nunca me entienden’). El tema que cierra el disco es lo más cercano al Sui Generis de Vida y Confesiones: sin sintetizadores y con la armónica de Gieco abriendo el campo folk. La letra original que por suerte no llegó al disco se permitía sus berrinches adolescentes: ‘Y yo canto para usted, señor del reloj del oro. Sé que a usted nada lo hará cambiar pero quiero que se entere que su hijo no lo quiere’.

41 - Raros peinados nuevos
Piano Bar, 1984

Luego de asistir a un show en el CBGB y sentirse un poco ridiculo, Charly decidió cortarse el pelo y afrontar la grabación de Clics modernos más a tono con la moda. “El pelo era lo más importante en Nueva York”, confesó luego y ahí empezó a tomar forma uno de los temas clave de Piano Bar. el título de la canción se convirtió en un rótulo para definir una década y la imagen del enfermero García invirtió la carga del especialista (aviador) por la del ayudante leal. Un poquito de amor, algo de razón y el estímulo del silencio sugiere la letra, casi un manual para mejorar el humor. Por debajo, una melodía circular que el tiempo transformó en un llamado a la acción.

42 - Ah, te vi entre las luces
La Máquina de Hacer Pájaros, 1976

La irrupción definitiva de Charly García en el rock progresivo encuentra en el disco debut de La Máquina su lapso más puro y espeso. ‘Ah, te vi entre las luces’, el fascinante epílogo de once minutos que cierra aquel trabajo, demuestra a qué se refería el compositor con eso de ser “los Yes del subdesarrollo”: este melodrama que se anuncia con la voz de García camuflada entre sintetizadores, órganos y un melotrón es también una metamorfosis imparable y tempestuosa, llevada por una línea de bajo maestra y las guitarras soberbias de Gustavo Bazterrica. Editada en 1976, previo al éxodo brasileño de Charly, parece ser la narración trágica de un país que se sumerge en su etapa más oscura.

43 - San Francisco y el lobo
La grasa de las capitales, 1979

Esta es una de las mejores muestras del trabajo colaborativo entre Charly y David Lebón, que proporcionó algunos de los mejores momentos de Será Girán. La música es de Lebón, una balada folk con reminiscencias clásicas, y la letra, abierta a múltiples interpretaciones, es de García. Está probablemente inspirada en un poema de Rubén Darío, quien a su vez imaginó una segunda parte para la famosa leyenda de San Francisco de Asís y el lobo de Gubbio. La continuación (tanto de Darío como de García) incluye a un lobo que vuelve a la selva, herido por la maldad humana. La canción está interpretada por David en acústica y voz, a la manera de McCartney en ‘Blackbird’ (el tema que inspiró la música de Lebón para esta canción).

44 Quizás, porque
Vida, 1972

“Yo hacia canciones a los 17 años y hablaba de cosas que no sabía”, contó Charly García en una entrevista en 2013. “No había estado nunca con una mujer, por ejemplo, e hice ‘Quizás, porqué’.” Grabado en 1972 en el primer disco de Sui Generis, Vida, el tema es uno de los inolvidables clásicos de fogón registrados por el dúo. Sobre los arpegios de una guitarra acústica y el contrapunto de la guitarra eléctrica de Claudio Gabis (entonces parte de La Pesada del Rock & Roll), Charly compone una canción de amor imaginaria, con una letra inocente, conmovedora y casi murmurada, mientras de fondo las notas bluseras de la guitarra de Gabis resquebrajan sutilmente la puesta en escena de esa fantasía adolescente.

45 - Perro andaluz
La grasa de las capitales, 1979

Más allá de la ironía filosa que caracteriza ‘La grasa de las capitales’, el segundo álbum de Serú también está atravesado por la paranoia, la soledad y el desengaño. ‘Perro andaluz’ es la historia de un amor que está por acabarse, contada por un García iluminado que juega con la simbología del perro faldero y cita al visionario Luis Buñuel. En la simpleza musical del arranque de la canción y en su instrumentación jazz-progresiva, el público reencontró al compositor que más extrañaba, después de algunas críticas que habían aparecido luego del lanzamiento del primer disco de la banda, en el que se había ‘complejizado’ de más. La única alteración es el ensamble que García hace en la mitad, que son fragmentos de un viejo tema compuesto en su adolescencia.

46 - Instituciones
Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, 1974

El tercer disco de Sui Generis inicia su recorrido contra los estamentos establecidos con esta mirada crítica contra la institución familiar y la idea de que la barbarie en realidad empieza en casa. ‘Instituciones’, la canción, es una versión más de choque que la inocente ‘Aprendizaje’, una mirada sagaz sobre las imposiciones sociales y el machismo imperante en una Argentina que cree seguir en los tempranos 60. Charly utiliza su arsenal de sintetizadores recién adquiridos para resaltar planes más sinfónicos: Yes, Genesis y Emerson Lake & Palmer figuran entre sus influencias. También Bertolt Brecht como modelo para encender señales de alerta y esbozar con tono teatral el estado de las cosas, sin apelar al panfleto o la protesta inocua.

47 - Cuchillos
Say No More, 1996

En un proceso de grabación caótico (nadie sabe con certeza cuál es la toma que habrá quedado en el disco), hay muchas posibilidades de que la voz que se escucha en ‘Cuchillos’ -un tema de amor agónico dedicado a Mercedes Sosa- haya sido registrada en la bañera de La Diosa Salvaje bajo el concepto de caos organizado en el que vivía García por esos días. “Eran las 6 AM y me dijo que quería grabar en la ducha”, recuerda Guido Nisenson. “Tuve que tirar varios cables desde la consola para que pudiera escuchar las bases mientras cantaba.” Para el productor Joe Blaney, los teclados vagos y libres, casi tocados como si fuera un músico de jazz, y la voz apasionada, hacen de este tema una de las mejores canciones de la discografía de García.

48 - Mientras miro las nuevas olas
Bicicleta, 1980

Con jactancia, ironía y conservadurismo Charly saludaba a la naciente New Wave. Puro poder de síntesis para unir a Elvis, el Club del Clan y explicar el movimiento cíclico del rock, pero también para ubicar a Serú Girán en un nuevo contexto. La reacción es un rocanrol refinado basado en juegos vocales, guitarras cargadas y certeros cambios de ritmo. “Algunos se sintieron tocados porque abrazaron vehementemente la New Wave. Y sí, la canción habla de la New Wave, de The Knack: yo digo que la había visto antes, porque tenía muchos puntos en común con Palito Ortega y el Club del Clan”, le contó Charly a RS. La letra original incluía a una mención a Billy Bond, que finalmente fue 2 reemplazado por el nombre de Jolly Land.

49 - Piano Bar
Piano Bar, 1984

“La idea salió imaginándome grandes valores del tango, pero en el futuro: con todos nosotros ahí”, le dijo Charly al periodista Sergio Marchi para su libro No digas nada. “Todo el ambiente con pelucas, y tomando tragos exóticos de colores verdes y rojos. Y cada vez que se muera uno, poner un busto, por ejemplo hacer transfusiones de sangre para los que están muy reventados.” A la descripción se suman el fantasma de Carlos Gardel y el ambiente narcotizado entre las brumas del tango y los nuevos aires dark-rock, pero por sobre todo es la exaltación de un limbo secreto, el cabaret marginal de los rockeros que permanece intacto y sigue batiendo lo que sucede afuera, mientras ‘las chicas tienen un lugar donde viven esas cosas que asombran’.

50 - Chipi-chipi
La hija de la lágrima, 1994

Charly ya tenia terminado La hija de la lágrima, su séptimo disco solista con desarrollo de ópera rock, cuando los ejecutivos de Sony le pidieron que agregara una canción con ADN de hit para soltar como corte de difusión. García obedeció y en unos pocos minutos compuso ‘Chipi Chipi’ (su nombre original era ‘La canción sin fin’), ese éxito instantáneo que sobresale como en 3D dentro de un álbum cargado de lapsos instrumentales con altas dosis de experimentación. Junto a la voz y la guitarra de María Gabriela Epumer -que había ingresado en reemplazo de Hilda Lizarazu y el Negro García López-, Charly alcanza una pieza pop irrompible al mando de su piano, jugando con las intensidades y destilando un fuerte aroma a nostalgia.

51 - Por probar el vino y el agua salada
La Máquina de Hacer Pájaros, 1976

El placer y el castigo mueven las intenciones de Charly en uno de los momentos cumbres del debut de La Máquina. Folk y progresivo a la vez, ‘Por probar…’ muestra el costado sutil del quinteto revelado en la guitarra acústica de Gustavo Bazterrica y en la voz de García, mucho más seguro en su rol de cantante. La letra funciona como un relato antiguo en donde la crisis y el poder sugieren conexiones con el primer año de la dictadura de Videla (‘Los cucús lloran, los diarios no salen jamás’). Pero, más allá de las alegorías, hay conexiones con ‘El rey lloró’ de Los Gatos y una idea de liberación en días difíciles para arrebatos de rebeldía.

52 - Seminare
Serú Girán, 1978

Editada en el album debut de Serú Girán, ‘Seminare’ surgió durante unas vacaciones de Charly García y David Lebón en Buzios, antes de que formaran la banda. Con la melodía de una ópera que García había escrito en la secundaria, esta frágil balada cantada por Lebón (se iba a llamar ‘La calle de la sensación’) gravita sobre el piano de Charly, que entra sigiloso y va aumentando la intensidad hasta explotar con un moog progresivo al estilo Emerson, Lake & Palmer, junto a los arreglos de la Filarmónica de Los Angeles. La frase ‘esas motos que van a mil, sólo el viento te harán sentir’ termina por decretar la épica amorosa de un clásico absoluto.

53 - Peperina
Peperina, 1981

La aplastante respuesta de Charly García a una simple reseña que Patricia Perea, una periodista cordobesa, escribió sobre un concierto de Serú Girán. Lo que en realidad molestaba a García era que Perea trabajaba y salía con Daniel Grinbank, su representante, con quien García mantuvo una relación históricamente conflictiva. Corría el final de la dictadura, y la ironía se extendió a los mecanismos de censura de la época, aplicando un molesto ruido sobre la palabra ‘huevos’. “Con el ‘biiip’ quisimos demostrar lo grosera que puede ser la censura a nivel auditivo. Como una gracia zappiana”, dijo García. Una historia de amor, ironía y odio como punto de partida de una canción tan grande como su leyenda.

54 - El show de los muertos
Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, 1974

El horror que impuso la Triple A inspiró el clima dark que domina varios momentos de Instituciones. Eran tiempos de lucha armada y terrorismo de Estado, un teatro de operaciones dantesco que García desmenuza con rigor documental y gracia onírica. ‘El show de los muertos’ es un blues psicodélico, colgado y espacial, armado con las preguntas de los inocentes (‘¿Cuántas veces tendré que morir para ser siempre yo?’) y la inclemente mueca de un sicario (‘Que duerme tranquilo después de asesinar sin saber y ríe en su casa’). Uno de los mejores retratos de época que por su poder atemporal brilló en Puerto Madero durante el multitudinario concierto de 1999, e integra el disco en vivo Demasiado ego.

55 - No te animas a despegar
Piano Bar, 1984

Originalmente conocida como ‘via muerta’ esta canción es Charly hablándole directamente a Fabiana Cantilo, y aunque refleja un problema de adicción de la cantante, también invoca un amor que por esos días permanecía en los brazos de Fito Páez. Más allá de las alusiones y los destinatarios, ‘No te animás a despegar’ es un trip-hop adelantado y una de las interpretaciones más emocionantes de García. Algo de ese clima puede verse en el video del tema registrado en la sesiones de Piano Bar-, primero aparece García dirigiendo la iluminación con movimientos de brazos. La intensidad crece en la guitarra de Pablo Guyot y en las contorsiones de Charly ante cada nota hiriente.

56 - Siempre puedes olvidar
Filosofía barata y zapatos de goma, 1990

La obra maestra de filosofia barata... no fue escrita: adoptó su forma circular en tiempo real, con García sentado al piano en su búnker de Barrio Norte, desangrándose por la partida de Zoca, y Fabiana Cantilo conduciendo la energía y la desolación del momento. Como ya había sucedido con otra joya en colaboración como ‘A punto de caer’, incluida en Cómo conseguir chicas, García comparte autoría con Fabi y encuentra a su aliada perfecta en el delicado arte de capturar atmósferas para solidificarlas en música sin fecha de vencimiento. De paso, profundiza en una materia que lo obsesiona desde que descubrió ‘There’s a Place’, de los Beatles: las armonías vocales poco convencionales, hipnóticamente perfectas.

57 - Loco, ¿no te sobra una moneda?
Billy Bond and The Jets, 1978

Una zapada de precalentamiento -con cierto aire tanguero y de oda a Pappo- que podría ser una postal sonora de la bohemia porteña en los 70, se convirtió en el inédito más preciado para los fans de García. Serú Girán lo tocaba durante su estadía en Brasil, en las sesiones de estudio. Billy Bond, productor del primer disco del grupo, cuando vio que iba a quedar afuera del álbum, le pidió a García que se lo cediera para su proyecto Billy Bond & The Jets. “Serú estaba en mutación, en otro estilo”, dice Billy. “El virtuosismo individual de David, Pedro y Moro, junto al talento compositivo de Charly, les daba la oportunidad de hacer una música diferenciada que exigía un estilo más sofisticado y elaborado.” También lo grabaron Los Enanitos Verdes y Fito Paéz.

58 - Lunes otra vez
Confesiones de invierno, 1973

Si en 1984, en ‘Lunes por la madrugada’ Miguel Abuelo cantaba sobre un outsider que salía de noche a caminar por la ciudad vacía con una excitación desesperada, la mirada sobre la ciudad de Sui Generis a comienzos de los 70 parecía más triste e inofensiva. Charly y Nito componían una viñeta de costumbrismo folk, armonías vocales y una producción de guitarras casi country, que veía el comienzo de la semana como el minuto cero del loop de alienación en el que vivía la sociedad de la generación de sus padres. ‘Sobre el bosque gris veo morir al sol, que mañana sobre la avenida nacerá’, cantaban a dúo. Aunque las letras mantenían la inocencia de Vida, el segundo álbum del grupo mostraba el crecimiento de Charly en la composición de esas óperas de folk acústico.

59 - De mí
Filosofía barata y zapatos de goma, 1990

El yin-yang según Charly García la dualidad de las cosas aplicada a su propia personalidad, que puede transformarlo en el hombre más estimulante del mundo o en ése al que por momentos conviene evitar. Charly avisa, y el que avisa no traiciona: salvo que su mirada ‘esté en otro lugar’, podemos contar con él para lo que sea. Una disculpa pública que además marca territorio. Un tiempo después, Mercedes Sosa recogió el guante: grabó ‘De mí’ en ese disco extrañísimo que fue ‘Alta fidelidad’, y desde entonces la incluyó en su repertorio. ‘Fue mi amiga, mi madre y mi novia’, dijo Charly sobre Mercedes, la voz más poderosa de la Tierra que hizo suya esta plegaria de amor y redención.

60 - Asesíname
Rock and roll yo, 2003

Una maquina de ritmos, un par de efectos FX sobre un colchón de teclados, un riff épico y la participación en el clip de los protagonistas de Resistiré (Celeste Cid y Pablo Echarri), la telenovela más vista de Argentina de ese año, pone al single de Rock and roll yo en boca de todos. Después de varios años al borde del abismo, la usina creativa de García parece estar intacta. Pero el tema es sólo un chispazo de lucidez en un disco desparejo. En época de secuestros express y asaltos con toma de rehenes, García decía que no quería vivir con la puerta cerrada como en el film Brazil y pedía que lo asesinaran por amor (‘Por darte lo que di, me transformé en un souvenir’). En los segundos finales, recita ‘You Never Give Me Your Money’, de los Beatles.

61 - La sal no sala
La hija de la lágrima, 1994

Mientras grababa en ION una especie de ópera rock conceptual, Charly una noche llamó por teléfono a Juanse para invitarlo a las sesiones. “Atendí el llamado y al rato pasó a buscarme una limusina”, recuerda el ex Ratones Paranoicos. Cuando llegó, Charly había ambientado el pasillo del estudio con unas luces de colores y se encerraron en la cabina de control con el Zorrito Von Quintiero en bajo y Fernando Samalea en batería a componer una canción al mismo tiempo que la grababa, obligándolos a improvisar sobre un boceto mínimo y dándole al track un espíritu de zapada. “Sé que a Charly no le gusta que le llenen la música de solos así que fui muy discreto”, dice Juanse, que también canta en el tema. “La línea de guitarra son notas simples que le dan personalidad a la canción.”

_____________________________

La grasa de las capitales
El disco más inspirado de Serú Girán coincidió con el período creativo más brillante de García

Cuando Charly García finalmente consiguió convencer a David Lebón de armar una banda, viajaron a Buzios para poner a punto las canciones que terminarían en el primer álbum de Serú Girán. Esos temas bellamente líricos, y la actitud descontraída propia de las playas brasileñas, se dieron de frente con la expectativa del público argentino, que atravesaba el frío invierno de la dictadura y esperaba que su ídolo reflejara eso, como había hecho siempre, desde sus comienzos. En las primeras presentaciones del grupo en el país, el Festival de la Genética Humana en el Luna Park y en la presentación del disco en Obras, enfrentaron la indiferencia del público (en el mejor de los casos) y la hostilidad de la crítica.

Reinstalado en la realidad argentina, un García siempre rápido de reflejos reaccionó con un álbum que es quizás el retrato definitivo de la Argentina del 79, además de la obra más inspirada de Serú, la que los catapultó a la masividad y le hizo ganar al cuarteto (con el bajista Pedro Aznar y el baterista Oscar Moro) el rótulo de ‘los Beatles argentinos’. “Todo tiene como una unidad, y los temas son como comentarios sobre las cosas que estamos viendo”, me decía García meses antes de la salida del disco, en una nota para Expreso Imaginario.

Las nueve canciones que integran La grasa de las capitales (dispuestas en Lado A y Lado B del disco) tienen una variedad musical fascinante, y explotan al máximo las capacidades individuales de cada uno de los integrantes, en lo instrumental, vocal y compositivo. Ya desde la tapa, una sátira a la revista Gente que incluye también referencias a la crítica de rock (lo de ‘los dobles de Serú Girán’ aludía a una nota de Pipo Lernoud en el Expreso, e ‘¿Idolo o qué?’ había sido título de tapa de Propuesta, otra revista de la época), se establece el tono satírico, que encaja a la perfección con el comienzo del álbum, el tema que le da título. ‘La grasa de las capitales’, un “candombe con influencia de rumba”, en palabras de García, con una introducción coral a lo Queen y complejos arreglos estilo Weather Report, es una afilada crítica a los medios. ‘San Francisco y el lobo’ y ‘Noche de perros’ son dos de las colaboraciones más logradas entre García y Lebón. Además, García ofrece gemas de su propia cosecha como ‘Perro andaluz’ (una canción de amor y despecho para la que estaba por convertirse en su ex-pareja), ‘Los sobrevivientes’, toda una declaración de principios, un tema impregnado de su clásica melancolía tanguera, y la genial ‘Viernes 3 AM’, un relato que es como un policial negro con imágenes realzadas por el bajo lírico de Aznar, en plena etapa Jaco Pastorius.

Solía ver a Charly bastante seguido en esa época. El rock era una subcultura subterránea pero poderosa, éramos pocos, y el terror impuesto por la represión y la censura hacía que estuviéramos más unidos. Después de haber participado de una minigira por el interior donde estrenaron algunos temas nuevos, me invitó a la grabación del disco en ION, con el gran ingeniero de sonido Amílcar Gilabert en la consola. Eran artistas jóvenes aunque con extensas trayectorias individuales, entusiastas, talentosos, conscientes de estar produciendo una obra que daría que hablar. Especialmente Charly, en el medio de un período de creatividad deslumbrante que va de 1972 a 1985. Justo me tocó asistir a la grabación de ‘Viernes 3 AM’, un tema que nunca había escuchado. Salí del estudio maravillado, tratando de volver a hacer pie en la realidad, porque la calle era un territorio hostil y había que cuidarse. Esa mezcla de sensaciones, de alegría incontenible y paranoia, de enamoramiento y depresión, de rebeldía y sentido de supervivencia, es la misma que quedó plasmada para siempre en los surcos de La grasa de las capitales, que retrata las circunstancias de un país mejor que cualquier libro de historia.   
Por Claudio Kleiman

_____________________________

62 - Tu amor
Tango 4, 1991

Completando una trilogia de discos a duo -después de la edición de Tango y Radio Pinti-, Charly García y Pedro Aznar abrían esta entrega con ‘Tu amor’, canción que rápidamente se transformaría en su último gran éxito juntos. En aquel entonces, Charly venía de atravesar una internación por problemas de adicciones en Estados Unidos (los dibujos que ilustran la portada fueron parte del trabajo durante su terapia), y el encuentro creativo con Aznar sonaba a renacimiento. La canción, de una pulcritud pop mucho más cercana al perfil del bajista, es una pieza de intensidad luminosa en donde la dupla se luce intercambiando estrofas a lo Lennon & McCartney sobre una melodía redonda y pegadiza.

63 - Aprendizaje
Confesiones de invierno, 1973

“En confesiones de invierno yo me habia hecho medio hippie, tenía el pelo muy largo, me habían empezado a pasar cosas”, contó Charly en una entrevista, contrastando ese segundo set de canciones con la ingenuidad de las composiciones de Vida. Por esos días, con Nito tenían 24 años y, cada vez que la policía los detenía en la calle, les cortaba el pelo y terminaban en un calabozo. Charly había empezado a salir con María Rosa Yorio y, a la tarde, mientras sus suegros dormían la siesta y ella iba al colegio, él se quedó en el cuarto y compuso este standard que iba a viralizarse en las clases de música de todos los colegios primarios. Charly y Nito armonizan sus voces y cantan como negándose a crecer dentro de esta sociedad.

64 - Rap del exilio
Piano Bar, 1984

Charly tuvo un coqueteo con el Rap en La Grasa de las Capitales, pero con esta canción se metió de lleno, y medio de casualidad, con un estilo que lo había hechizado en Nueva York. Al abordar la grabación de Piano Bar, García juntó en los estudios ION a su banda formada por los futuros GIT y un joven Fito Páez en teclados. El baterista Willy Iturri, recuerda: “Hacer Piano Bar fue una locura. Grabábamos todos en la misma sala, y en una de esas zapadas al Portugués Da Silva se le ocurrió poner REC mientras Charly improvisaba la letra y nos dirigía, por eso en un momento se oye: ‘¡Sigue el groove, Willy Iturri!’” Años más tarde García y Aznar producirían un disco de rap con Enrique Pinti en el que también participaron unos recién fundados IKV.

65 - Parte de la religión
Parte de la religión, 1987

La canción que le da nombre al cuarto disco solista de Charly García dispara una temática -la de la búsqueda de la calma espiritual y la fe- que se trasluce de manera intermitente durante toda la obra. Grabada casi por completo en Buenos Aires, salvo por la batería acústica de Fernando Samalea (que se registró en Electric Lady, Nueva York), la canción se introduce con aroma multiétnico -entre flautines, percusiones, sitar y teclados pomposos- mientras García sobrevuela las diferentes religiones a través de un puñado de personajes, con ironía y una aguda mirada cinematográfica. “Es una mirada a los distintos traumas, que al final se rompen cuando ella se desnuda y se pudre todo”, dijo García.

66 - Cómo me gustaría ser negro
Moro-Satragni, 1983

Tras la disolución de Serú Girán, el baterista Oscar Moro se alió con Beto Satragni -que venía de Spinetta Jade- para un proyecto en conjunto que experimentó un breve recorrido y dejó un solo disco. Aquel material, editado en 1983, cuenta con la participación de figuras como Lebón, Spinetta y el propio García, que aportó este tema algo perdido de su catálogo. ‘Cómo me gustaría ser negro’, que ya acostumbraba a tocar en vivo previo a la edición de Yendo de la cama al living, condensa el sonido progresivo de la época, con bases graves y cambiantes, y teclados que se disparan al cielo como haces de luz, mientras García suelta un texto de ironía filosa durante el último suspiro del gobierno militar.

67 - Botas locas
Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, 1974 (censurado)

‘Botas locas’ es uno de los dos temas (EL otro es ‘Canción para mi muerte’) inspirados en el breve paso de García por el servicio militar. Se trata de un folk acústico, que en realidad está bastante despegado musicalmente del elaborado clima de Instituciones (eso revela que había sido compuesto tiempo antes), donde Charly ejerce su fino sentido de la ironía a través del absurdo, criticando en este caso al Ejército (una de sus frases clave es ‘si ellos son la patria, yo soy extranjero’). El tema, junto a ‘Juan Represión’ -probablemente los dos más explícitos-, quedó afuera del álbum Instituciones, pero Charly se las ingenió para contrabandear una estrofa en ‘Zapando con la gente’, de Adiós Sui Generis.

68 - Superhéroes
Yendo de la cama al living, 1982

Después de reencontrarse para grabar 20/10, el exitoso álbum de Mestre en solitario, Charly y Nito volvían a coincidir en un estudio -a siete años de la disolución de Sui Géneris- para grabar el segundo track de Yendo de la cama al living. En esta canción de esencia nostálgica sostenida por un ritmo azucarado de samba -disparado por una caja de ritmos TR-808- la prosa de García incita al movimiento en medio de un paisaje militar en plena decadencia (‘No pasa nada, nadie pasa/Sólo una banda militar/Desafinando el tiempo y el compás’), mientras la clásica pregnancia vocal del dúo parecía avanzar en terreno desconocido, entre teclados y sintetizadores brillantes como rasgos de una nueva era.

69 - Sólo un poquito no más
Filosofia barata y zapatos de goma, 1990

La clase de estribillo que el público de García nunca se cansó de aplaudir a partir de sus conciertos de comienzos de los 90. un año después de la salida de Filosofía barata..., García fue internado por primera vez en medio de un escándalo público y mediatizado que lo alejó temporalmente de los escenarios. A su regreso, ‘Sólo un poquito no más’ ya se había transformado en un verdadero himno. La estrofa en inglés está coacheada por Joe Blaney y es apenas una excusa para dar paso al coro de chicas, las ‘New York Blondes’ (que en realidad son Hilda Lizarazu y Fabi Cantilo), a quienes Charly asegura haber visto en un viaje, en plena fantasía gardeliana.

70 - Estaba en llamas cuando me acosté
Say No More, 1996

El primer track de say no more -un disco que propone un desarrollo mucho más caótico y experimental que La hija de la lágrima, su antecesor-, encuentra su disparador en Todo lo que hacemos sin saber por qué, el libro de Robert Fulghum que García recibió de manos de un musicoterapeuta durante su reciente internación por adicciones. ‘Estaba en llamas cuando me acosté’ es la respuesta que encuentra el protagonista cuando le preguntan por qué se le había incendiado su casa; García -ironizando sobre sus años de excesos- utiliza esa línea para construir una canción densa y oscura, con bases rotas y orquestaciones melodramáticas, como si fuera el hall de entrada a su vida turbulenta.

71 - Marilyn, la cenicienta y las mujeres
Películas, 1977

La temática cinematográfica de películas incluye un drama femenino con Marilyn Monroe en el rol estelar. No es una elección casual: Charly es fanático del Hollywood de los 40 y 50, y Billy Wilder es uno de sus directores favoritos. ‘Con la pollera blanca flotando en el viento la ves/Sobre los subterráneos había nacido’, dice la letra en clara alusión al clásico La comezón del séptimo año. La cita conduce al conflicto de la canción: la fama, su costo y las mujeres como objeto. Todo encerrado en una sinfonía cambiante que empieza con los primeros acordes del standard ‘Somewhere over the Rainbow’ e incluye guitarras pesadas y un coro de niños bautizados como ‘Los desamparados de Once’.

72 El tuerto y los ciegos
Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, 1974

El mito griego de Casandra sirve para elaborar otro ataque contra el productor Jorge Alvarez. La sacerdotisa poseía el don profético y también la desgracia de que sus dichos no fueran tenidos en cuenta. García utiliza la leyenda casi sobre el fin de la grabación de Instituciones y construye una perfecta miniatura de dos minutos: el violín mágico de Jorge Pinchevsky impone aires gitanos para una canción de incomprensión, venganza y mucha belleza. Varios años más tarde su autor reconocería que “Instituciones es mejor como salió que como hubiera sido con las letras originales…”. El tiempo le dio la razón a Alvarez, que salvó al dúo de un suicidio en público en los últimos y tormentosos días del gobierno de Isabel Perón.

73 - No se va a llamar mi amor
Piano Bar, 1984

Con una estética casi opuesta a la de clics, este hit de Piano Bar es una muestra de la explosión de energía de ese disco grabado en vivo en el estudio, mayormente en primeras tomas, con un grupo extraordinario (Guyot, Iturri, Toth, Páez). Un García en estado de gracia aprovecha un contratiempo ocasional (Sadaic no aceptaba dos canciones con el mismo título y rechazó el original ‘Mi amor’) para convertirlo en leitmotiv: ‘Estás prohibida... no te puedo amar... mi amor, no se va a llamar’. Con un estribillo reiterativo, apoyado en la machacante batería de Iturri, Charly -que también se hace cargo de la guitarra acústica- lanza un pedido que, convencidos por la casi palpable urgencia del tema, los programadores harían realidad: ‘Pásenlo en la radio’.

74 - Necesito tu amor
Parte de la religión, 1987

El primer track de Parte de la religión, elegido para abrir los shows de la gira presentación del disco, resuena como un gran pedido de ayuda. Después de una introducción tensa y marcial junto a la batería cruzada de Fernando Samalea, las guitarras cristalinas y una línea de bajo Rickenbaker tocadas por el propio García arrastran la canción hasta liberarla en un estribillo poderoso y catártico. Como un gesto que se repetirá a lo largo de todo el disco, Charly propone acá un cambio sustancial en relación a sus trabajos anteriores: su voz -registrada en Nueva York “con micrófonos cuadrados del año 40 al estilo Frank Sinatra”, según detalló García-, se proyecta en un primer plano definitivo, subrayando un texto de amor ardoroso y desesperado.

75 - Mr. Jones o pequeña semblanza de una familia tipo americana
Confesiones de invierno, 1978

Antes del punk, Garcia destila su hiperacida visión antisistema en un furibundo rock & roll de... ¡1’40!, con David Lebón en bajo y guitarra eléctrica, y Juan Rodríguez en batería. La vida de la ‘familia tipo americana’ del título se ve imprevistamente interrumpida cuando la esposa de Mr. Jones le clava un hacha en la cabeza a su suegra porque ‘puso mal la mesa’. Finalmente, la familia entera es encarcelada, ante la incredulidad del propio Mr. Jones, que aparece al final quejándose porque lo llevan al destacamento (‘¡Si somos una familia muy normal!’). Un relato de violencia familiar en clave de sátira, y uno de los momentos más eléctricos de Sui Generis.

76 - Alguien en el mundo piensa en mí
Say No More, 1996

Dentro del esquema anarquico que controló la concepción total de SNM, un disco atravesado por un concepto de creación incontinente y sin plan definido, ‘Alguien en el mundo piensa en mí’ aparece como el único lapso pop-rock dentro de tanto experimento. Por un momento, Charly García asume las oscuras aristas de su personalidad intempestiva y tormentosa con un estribillo de tono esperanzador y optimista, mientras su banda -con Mario Serra en batería, María Gabriela Epumer en guitarra, Rinaldo Rafanelli en bajo, más un sinfín de overdubs entre armónicas, teclados y efectos- logra elevarlo, llevándolo hacia un plano conmovedor y haciéndolo brillar como un cristal perdido en medio del barro.

77 - Necesito
Vida, 1972

Si ‘Canción para mi muerte’ abre el disco debut de Sui Generis con un rasgueo tímido y cierta melancolía por el futuro, el segundo track tiene un pulso mucho más urgente y vital. Después de una introducción con Charly García sentado al piano y Nito Mestre tocando la flauta traversa, el dúo empieza a modelar a la mujer perfecta para sus vidas con un romanticismo absolutamente infantil, repartiéndose a dúo versos que describen sus cualidades: ‘Que limpie mi cabeza/Que cocine guisos de madre, postres de abuela y torres de caramelo’. “Le habíamos puesto tachuelas a los mazos del piano para que tuviera ese sonido de cowboys, de piano”, recuerda el baterista Francisco ‘Paco’ Prati. “Eso le daba a cada tecla una fuerza particular, un sonido más metálico.”

78 - El rap de las hormigas
Parte de la religión, 1987

En medio de un cronograma de grabación dividido entre Buenos Aires, Rio de Janeiro y Nueva York como mapa de ruta de Parte de la religión, ‘El rap de las hormigas’ fue la única canción que tuvo su corte final en Brasil, con la inclusión de Os Paralamas do Sucesso en una sola toma de bajo, batería y guitarra. El tema, que Charly compuso durante su estadía en una casa de campo junto a Fabiana Cantilo, exhala una lírica histérica en busca de un éxodo feliz mientras por lo bajo vibra con presencia el ‘Hollyday on ice’ -un banco de sonidos de Emulator que se usó casi para la totalidad del disco-, disparando un gran número de sampleos entre explosiones, silbatos, tambores y maracas, dándole al tema un inédito vuelo carioca.

79 - Qué se puede hacer salvo ver películas
Películas, 1977

El bajo de José Luis Fernandez cita a Steely Dan en el comienzo (‘Rikki Don’t Lose that Number’) y la cadencia manda con la guitarra latina de Bazterrica antes del ascenso a la montaña rusa de compases. “La música es mía y la letra es de Charly”, dice el tecladista Carlos Cutaia. “El tema tiene partes que están en 9x8, compases muy difíciles. Moro, un genio total: abordaba la complejidad rítmica con una justeza impresionante.” Esta pequeña sinfonía del segundo y último disco de La Máquina incluye un diálogo del film argentino Casa de muñecas. El tema se completa en la imagen de tapa del disco: los músicos salen del cine Gran Rex, que anuncia la proyección de Trama macabra de Alfred Hitchcock.

80 - Anhedonia
Cómo conseguir chicas, 1989

La gira de Parte de la religion, en 1988, habla sido muy desgastante. Al año siguiente, mientras Argentina comienza a vivir el ocaso de la era alfonsinista, Charly García compone algunas de las canciones de amor denso que formarían parte de Cómo conseguir chicas, una obra conceptual que, según él, tiene como eje los derechos de la mujer. El título del tema que abre el Lado B del álbum remite a uno de los principales síntomas de la depresión: un trastorno psiquiátrico que consiste en la incapacidad de experimentar placer (‘El tiempo vuelve a pasar, pero no hay primavera en Anhedonia. El tiempo vuelve a llorar’). ‘Anhedonia’ podría ser el prólogo de la era caótica y oscura de Say No More, que García atravesará durante la década siguiente.

_____________________________

Clics modernos
Desde Nueva York, García captura como nunca la argentinidad e inaugura la era moderna del rock nacional

De sarmiento al di Telia, la modernidad en Argentina siempre supuso un experimento socio-cultural en un país no-desarrollado. Instalado el rock, devino en acusaciones de tilinguería y frivolidad, de acto contranatura, de prejuicio de clase, de traición a una tradición nunca del todo aclarada. En ese contexto, Clics modernos, publicado la misma semana de diciembre de 1983 en que asumía Alfonsín y se terminaba la dictadura más sangrienta en la historia del país, no sólo se erige como una bisagra temporal histórica: propone un patrón cabal y genial de lo que puede ser un argentino en sintonía con el mundo y su tiempo.

Igual que el primer y homónimo disco de Será Girán, fue gestado en el exterior. Aunque no sea del todo explícito, puede que el clima musical de la Nueva York de aquellos días (clubs como el Mudd y Danceteria mezclando dance, rock y hip-hop, el mutant disco, las producciones de Arthur Baker, el ‘Planet Rock’ de
Afrika Bambaataa, los albores de Madonna) se haya colado, aunque García dijo era a posteriori que ‘en esos días lo que más sonaba eran los australianos Men at Work y Sinchronicity’ de The Pólice’. Lo más concreto, un graffiti dedicado a Modera Clix, una ignota banda de reggae-rock, en los tiempos en que el arte urbano ya se había legitimado en la figura de Jean-Michel Basquiat.

La clásica imagen de un Charly en blanco y negro recortado sobre un paredón del Soho, toma del fotógrafo Uberto Sagramoso, supone un ready-made icónico. Como contraprestación a un hit de Virus (‘Soy moderno, no fumo’), adalides de las nuevas olas a los que supo alentar (‘!Viva Virus!’ dijo al final de sus días en Será y recibió abucheos), en la tapa se lo ve a Charly moderno y fumando.
Como San Martín, Atahualpa o Piazzolla, García consigue una mejor percepción de la argentinidad desde el exterior. Irónica, sin llegar al cinismo. Y comprensiva, sin alcanzar la compasión. Desde un loft en el Village, termina diagramando las partes de bajo que tocará Pedro Aznar, las guitarras del virtuoso Larry Carlton, y hasta programa en el chiche del momento, la Roland TR-808, las pistas de ritmo de todo el álbum. Un nombre que luego adoptaríamos, Joe Blaney (que venía de grabar Combat Rock de The Clash) se afirma como socio a partir de su rol de ingeniero de sonido, productor y llave para que el proyecto se solidifique en estudios clásicos como Electric Lady y Grammavision (NY) y Che-rokee Recorders y Room (LA). ‘En aquel momento tenía unas máximas: minimalismo, polirritmia, neoclasicismo, discreción y, donde se pueda, una pátina de ambigüedad’, contó García después. El sonido seco es la interfaz de lo mejor de un músico que entonces estaba cumpliendo ya una década de estrella de rock y se atrevía a reinventarse. ‘La alegría está en el descubrimiento, no en la repetición’, le dijo al periodista Alfredo Rosso sobre un disco que introduce por primera vez en el rock argentino un sampler (el grito de James Brown en ‘No me dejan salir’) y que propone un diálogo brechtiano muy New Pop al afirmarse vendido a Fiorucci en ‘Dos cero uno (transas)’, una cita que el hiper-sponsorizado rock actual podría ver como un anacronismo. Un disco que inventa sin querer la autoayuda nacional (‘Bancate ese defecto’), que sublima el inminente fin de la pasividad (‘No soy un extraño’) y que en ‘Plateado sobre plateado (Huellas en el mar)’ se pregunta, entre rascacielos y sintetizadores, ‘¿por qué tenemos que ir tan lejos para estar acá?’.
Por Jóse Bellas.

_____________________________

81 - Reloj de plastilina
Filosofía barata y zapatos de goma, 1990

La historia de su vida en modo existencialismo autorreferencial. ‘Fui lo que creí, soy lo que está pasando’, canta García para enunciar una de sus frases más inspiradas, ésas que lo encumbran como un letrista enorme, carnalmente consciente. ‘Reloj de plastilina’ es un shock de vitalidad, el clásico que no abrazó a las masas (el gran hit de Filosofía barata... fue el cover de The Byrds ‘Me siento mucho mejor’) pero que todo fan de Charly atesora en su ranking personal. ‘Una vez creí que nada iba a pasarme’, ironiza en el comienzo de este energizante llamado al desorden que desafía el paso del tiempo y a todo lo que se interpone entre la vida en sociedad y las libertades individuales.

82 - Bienvenidos al tren
Confesiones de invierno, 1973

En el segundo track de confesiones de invierno, Sui Generis asimila varias tradiciones icónicas del rock & roll: folk de cantina, solo de armónica, un héroe en fuga y la fantasía hippie de tomarse un tren hacia la libertad. Grabado en ocho canales y con una producción que potenció la fuerza acústica del grupo, el crecimiento de Sui Generis se nota sobre todo en la construcción instrumental de los temas y el entretejido de las guitarras. ‘Recoge tus cosas y largo de aquí’, canta Nito Mestre, al comienzo de la canción, y es una invitación a abandonar las obligaciones grises de la vida en sociedad en busca de aventuras existenciales. León Gieco, que acababa de terminar su disco debut, grabó la armónica.

83 - A punto de caer
Cómo conseguir chicas, 1989

Fabiana Cantilo quería repetir la historia de ‘Siempre puedes olvidar’, la canción que había hecho con García una trasnoche mientras lo visitaba en su casa, y al mismo tiempo que grababa algunas voces para Cómo conseguir chicas le propuso hacer otro tema juntos. “Fabi empezó a zapar melodías mientras Charly iba metiendo unas armonías bellísimas. Fue muy emotivo ver eso”, dijo Hilda Lizarazu en una entrevista. García tomó algunos fragmentos de esas grabaciones, metió una guitarra de doce cuerdas, le pidió a Claudio Gabis que agregara un solo y le dio forma a una letra esperanzadora. Por momentos la voz de García parece elevarse hasta el cielo (‘Salta y sé feliz. Intentá. Para qué fingir’) sobre una base de batería inalterable y un colchón de teclados y sintes.

_____________________________

Caos y creación
Del ‘Me tiré por vos’ a la quinta de Palito Ortega... En los 2000, Charly se convirtió en su propia obra

La imagen de ese cuerpo casi Esquelético cayendo desde un noveno piso podría ser una postal desesperada de una estrella de rock en estado tóxico. Charly García, que había finalizado los 90 entre escándalos en la vía pública, un noviazgo con una adolescente y una pelea mediática por una mujer con Andrés Calamaro, comenzaba el año 2000 tirándose a la pileta desde la ventana de la habitación de un hotel, en Mendoza.

“Las chances de salvarse eran del cero por ciento”, recuerda Fernando Szereszevsky, mánager y amigo, que trabajó con él entre 1999 y 2010. Sin embargo, García salió nadando, ofreció una conferencia de prensa desde la escalera de la piscina y de regreso a Buenos Aires estrenó el tema ‘Me tiré por vos’ en un show de Joaquín Sabina, en el Luna Park.

Unos años después, en 2007, la máxima estrella del rock nacional que había llenado estadios y vendido más de un millón de discos pasaba los días deprimido en su cama, casi en la indigencia, y la compañía discográfica EMI se negaba a editar Kill Gil -un trabajo en el que había invertido años de grabación- porqué el material se había filtrado en Internet. Eran tiempos vertiginosos en los que su nombre aparecía en los titulares de los diarios no por su obra musical, sino por las constantes peleas con su hijo Migue. (De hecho, se corría el rumor no confirmado de que Migue era el responsable de las filtraciones del disco.)

En junio de 2008, mientras su mánager negociaba con una cadena de televisión la realización de un reality de su vida (‘Como el de Ozzy Osbourne, pero mucho mejor’), Charly viajó otra vez a Mendoza y produjo una serie de desmanes que terminaron en una internación ordenada por un juez. Volvió a Buenos Aires en ambulancia con chaleco de fuerza.

“Fue muy difícil ver a Charly, un héroe del rock, en ese estado”, recuerda Szereszevsky. “Estuvo a punto de morirse en serio.” Lo que siguió es historia conocida: pasó días atado a camas de hospitales y clínicas psiquiátricas. Hasta que lo rescató Palito Ortega y lo llevó a vivir a su casa de campo en Luján.

Por consejo médico, para acelerar la recuperación, su círculo íntimo comenzó a planificar el regreso a los escenarios en 2009. La gira emprendida por Latinoamérica tuvo su momento cumbre una noche épica en Vélez, que quedó registrada en El Concierto Subacuático. Pero de a poco, en 2011, los fantasmas del viejo Charly volverían a aparecer.
Por Bruno Larocca.

_____________________________


84 - Boletos, pases y abonos
La Máquina de Hacer Pájaros, 1976

La primera aproximación de García a su eterno conflicto con la fama: “Pronto en esta ciudad me van a nombrar ciudadano legal, como vos. Soy el hijo de todos y el amante también”, dice la letra de un funk anodino, peleador y de rítmica matemática. En la segunda parte el tema se transforma, según señala ahora Carlos Cutaia, “en un rocanrol genial, con una energía que te sostenía en el aire”. Cutaia tocó ahí el Hammond y el melotrón, dando lugar a uno de esos duelos de tecladistas con Charly y explorando fronteras hasta ese momento desconocidas para el rock argentino. En esa empatia se sostenían los “Yes del subdesarrollo”, una banda construyendo catedrales de sonido en el año del golpe.

85 - El karma de vivir al sur
Parte de la religión, 1987

Para trazar la arquitectura general de Parte de la religión, Charly había grabado junto al ingeniero de sonido Mario Breuer una serie de maquetas que se terminaron respetando casi de manera exacta en la versión final. ‘El karma de vivir al sur’ sobrevive completa de aquel primer boceto, salvo por la sustracción de un pasaje instrumental grabado con un sintetizador por Nito Mestre. Sostenida por un clima sigiloso construido en detalle, entre un piano, una guitarra reverberante y samples de flautas, la canción está dedicada a su hijo Migue, por entonces un chico con quien Charly había vuelto a convivir después de mucho tiempo. “Está hecha para mi hijo”, dijo. “Pero en realidad puede servir para hablar de cualquier amor.”

86 - Canción de dos por tres
Yendo de la cama al living, 1982

Como una de las piezas mas tenues y melancólicas de Yendo de la cama al living, ‘Canción de dos por tres’ condensa la atmósfera espesa del fin del gobierno militar y la Guerra de Malvinas con tono manso pero agobiante. ‘Ya no quiero vivir así, repitiendo las agonías del pasado’, canta Charly sobre una orquestación ligera construida en soledad por un piano de inflexiones arrabaleras, notas de un Moog Opus 3, una línea de bajo eléctrico y una pesada base de batería programada. El único aporte externo corre por cuenta de Spinetta, que registra un solo de guitarra volador procesado con una Roland GR-300, en una coda instrumental que recuerda a la sociedad entre García y David Lebón en Serú Girán.

87 - Necesito un gol
Say No More, 1996

‘Necesito un gol’ fue compuesta por García a mediados de los 80 y retomada diez años después para Say No More junto a Andrés Calamaro. “Fundamentalmente, la hicimos una noche en la casa de Charly, en aquellas Basement Tapes urbanas”, recuerda Calamaro. Como un verdadero experimento de copy-paste registrado en una portaestudio de cuatro canales, la versión final conserva las pistas de voz originales junto a las nuevas del dúo, creando una atmósfera confusa, entre un bandoneón de Samalea, el bajo de Rinaldo Rafanelli, y un sinfín de efectos y conversaciones superpuestas. Después, el proceso contó con una segunda etapa en Madrid donde Charly siguió sumándole overdubs, transformándola en un abigarrado collage sonoro.

88 - No toquen
Cómo conseguir chicas, 1989

La grabación de como conseguir chicas, dice el productor Joe Blaney, fue una pesadilla. “Todo resultó ser un gran comienzo, pero Charly estaba en un estado muy tóxico y no durmió durante tres días.” García quería grabar un disco con todas las letras en inglés, pero Blaney pensaba que muchas canciones iban a perder sentido y enseguida desactivó la idea. Para la versión final de este tema de atmósfera punk que abre el disco, y que unos años antes había registrado con el nombre ‘No token (No cospel)’ en un demo que todavía puede escucharse en YouTube, García reemplazó una parte de la letra original que decía ‘estoy muerto, estoy muerto, no toquen’ por otra frase que terminaría cambiándole todo el sentido, ‘están muertos, están muertos, no me toquen’.

89 - Say No More
Say No More, 1996

El nombre surge de una frase que pronunció Paul McCartney en la película Help!, de los Beatles, y se transforma en sello, icono, concepto, logo (SNM) y canción dark de un alma torturada. García quiere convertirse en un artista conceptual y reencarna en un personaje que merodea entre Dalí, Prince y Keith Richards. En 1995, casi al mismo tiempo que Spinetta graba el disco doble con Los Socios del Desierto, García entra en La Diosa Salvaje para darle inicio ala era Say No More. “Las dos frases que más recuerdo de esa época son: ‘Mirá cómo hago mierda este tema’, y ‘Dame un canal más y arreglo todo!’, dice Guido Nisenson, ingeniero de sonido. “Y era así, literalmente. Había canciones hermosas, tocadas en el piano, que las hacía mierda.”

90 - Zocacola
Cómo conseguir chicas, 1989

La cadencia del canto en portugués de Herbert Vianna, voz y guitarra de Os Paralamas (que ya habían grabado ‘El rap de las hormigas’ en Parte de la religión), contraponiéndose con la de Charly a lo largo de todo el tema, endulza una fábula de desencuentros amorosos (‘Ella busca en los jazmines, él la busca en la ciudad. Ella sueña encontrar, él intenta soñar pero ella no está’). Inspirado en Zoca, la musa de ‘Promesas sobre el bidet’ y la que en Parte de la religión daba vueltas a la heladera buscando un símbolo de paz, Charly le pone letra a un tema lleno de romanticismo que venía tocando desde hacía seis años en una versión instrumental, acelerada un tempo más que la versión que aparece en el disco.

91 - Rock and roll yo
Rock and roll yo, 2003

El problema no eran el sexo y las drogas, sino el rock & roll. Todas las canciones de García, de alguna manera, empiezan con un “yo” a modo de lenguaje. “Me gustan el rifF, la estructura de la canción y la interpretación. Hay una cita al tango antes del final: pongo un sello de porteñidad al rock & roll mío”, dijo García a Rolling Stone acerca del tema que eligió como una de las diez canciones preferidas de su discografía. Entre el caos organizado de la etapa de grabación de Say No More y la búsqueda de perfección sonora en Influencia, un rifF poderoso se retuerce a lo largo de una letra en modo autorreferencial (‘Este es mi rock and roll yo’) con la voz de García, que parece cantar desde una caverna.

92 - Ruta perdedora
Películas, 1977

La canción tiene sonido ambiente: el aullido nervioso de una moto Honda 500 (a cargo del productor Oscar López) se mezcla con el ruido molesto de unas bocinas. Es la ciudad en carne viva y el mapa de operaciones de ‘Ruta perdedora’. Aunque parezca un típico arranque pianístico de García, la música pertenece al bajista José Luis Fernández, y es quizás uno de los temas más impregnados de la veta progresiva de La Máquina de Hacer Pájaros: la variedad de arreglos y el crescendo del final no hacen otra cosa que traducir en sonido una fuga hacia adelante y a toda velocidad. En 1977, Charly le contó a la revista Pelo que la letra trataba de explicar “que el rock no es un paraíso, puede ser todo lo contrario: una ruta que va a cualquier lado”.

93 - Curitas
Filosofía barata y zapatos de goma, 1990

La canción que nunca va a amenizar un fogón, cuyo punto de partida es eso que le pasa a Charly cuando no consigue sacarse a Zoca de la cabeza y no puede ni quiere dormir. ‘Ya no soy mí’, escupe nerviosamente, desoyendo todas las leyes semánticas, entre otras crudas confesiones de madrugada: ‘Todo el mundo tiene penas, pero yo ya extraño hasta tus problemas’. ‘Curitas’ es funk filoso en estado de insomnio, comandado por el bajo de Fernando Lupano, la precisión de Fernando Samalea, las guitarras del Negro García López y las castañuelas de Lolita Torres. Los arreglos de vientos sintetizados traen información del futuro, como la melodía de ‘Kurosawa’ (incluida luego en La hija de la lágrima).

94 - Lo que ves es lo que hay
El aguante, 1998

La grabación de el aguante, en un estudio de Madrid en 1997, se produjo en un clima que Claudio Gabis, guitarrista invitado, recuerda como una ‘celebración dantesca’. Bajo un estado tóxico y siguiendo un criterio que ninguno de sus músicos podía comprender, García superpuso capas de sonido y después armó la versión final de los temas cortando y pegando frases, acordes y texturas que terminaron dándole forma a un collage sonoro. Basado en el ‘constant concept’, heredado de SNM, grabó este tema que había demeado diez años antes con la letra en inglés para Cómo conseguir chicas. La voz escabrosa de García se multiplica a lo largo de casi ocho minutos de un tema dylanesco que sobre el final parece convertirse en un delirio deforme.

_____________________________

El transformador
Cómo García convirtió temas ajenos en clásicos propios

A lo largo de su carrera, Charly adaptó, versionó y transformó numerosos temas, dedicando incluso un álbum íntegro (Casandra Lange, 1995) a otros compositores. Acá, cinco veces Charly en su rol de brillante versionista.

‘Popotitos’
Charly convierte ‘Bony Moronie’, el rock & roll modelo 1957 de uno de los pioneros del género, Larry Williams, en un hit de Serú Giran. Es un doble homenaje: a los mexicanos Teen Tops, autores de la versión en castellano de 1961; y a Palito Ortega, que lo convirtió en uno de sus primeros éxitos.

‘Me siento mucho mejor’
‘I’l Feel a Whole Lot Better’ es uno de los grandes triunfos de Charly como versionista (aún hoy es parte de su repertorio en vivo). Los Byrds editaron la original en 1965, pero Charly se basó en la versión que Tom Petty incluyó en FullMoon Fever, de 1989.

‘Himno Nacional Argentino’
Inspirada en Jimi Hendrix y su versión del Star-Spangled Banner, la versión del Himno por Charly tuvo que soportar una imputación por ‘ofensa a los símbolos patrios’ (luego desestimada), y terminó siendo pasada en colegios.

‘Sweet Home Buenos Aires’
Para Demasiado ego, de 1999, Charly transforma el original de Lynyrd Skynyrd, de 1974, en una canción de amor/odio hacia su propia ciudad: ‘Sweet home Buenos Aires, condenado país’.

‘Influencia’
García rinde tributo a Todd Rundgren apropiándose de ‘Influenza’, editado en 1982. Le quita la producción ochentosa y construye un tema autorreferencial que tituló su álbum homónimo y ganó el Premio Gardel a Mejor Canción en 2003.
Por Claudio Kleiman

_____________________________

95 - Fantasy
Cómo conseguir chicas, 1989

La palabra Fantasy, en un tema que remite a cierta paranoia y García repite varias veces, no figuraba en el demo que grabó en ION. A la hora de meter las voces, García mantuvo la métrica original y reemplazó las partes que decían ‘no sé muy bien quién soy’ por ‘Fantasy es ilusión’. “Cuando llegamos a la mezcla en Nueva York, Charly estaba inseguro con el sonido y quiso reemplazar un par de canciones con fragmentos que habían quedado de Parte de la religión”, dice el productor Joe Blaney. “Así lo hicimos y fue un gran error. Creo que él se dio cuenta después.”

96 - Transformación
Kill Gil, 2010

Aunque no logra superar la canción original de casi siete minutos (que canta a dos voces con David Lebón en Será ’92), este tema que podría ser un guiño a La metamorfosis de Kafka tiene su versión menos armoniosa en Kill Gil, dos décadas después. La letra, explica Lebón, surgió de las peleas internas durante el regreso de Serú (‘Cada vez que trates de matar, quizás estés matando a quien te trata bien’). En un video de las sesiones de Kill Gil, Charly pide alterado que termine en fade out, sin más falsetes ni corcheas, “del cincuenta por ciento a la nada”.

97 - Dos, cero, uno (transas)
Clics modernos, 1983

En diciembre de 1982, la presentación de Yendo de la cama al living en Ferro era sponsoreada por la marca de jeans Fiorucci y desataba una fuerte polémica entre los fans de García, que lo acusaban de haberse vendido al mercado. Al año siguiente, ‘Dos, cero, uno (transas)’ ironizaba sobre su supuesta conversión en tercera persona (‘El se cansó de hacer canciones de protesta y se vendió a Fiorucci’; ‘Un día volverá a las fuentes, no creo que pueda dejar de protestar’), tan sólo a bordo de un piano espaciado y una percusión afro.

98 - Las increíbles aventuras del Señor Tijeras
Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, 1974

Como Tommy, ‘Señor Tijeras’ incluye un desarrollo dramático de ópera rock, uso y abuso de sintetizadores y falsetes, y un desenlace con visos premonitorios: ‘Te veré en 20 años en televisión, cortada y aburrida, a todo color’. La original decía: ‘Yo detesto a la gente que tiene el poder de explicar lo que es bueno y lo que es malo también, sólo el pueblo, mi amigo, es capaz de entender’.

99 - El amor espera
Influencia, 2002

Despues de varias temporadas en el infierno (Say No More y El aguante), García intenta reinventarse como artista conceptual y reencarna con mirada de vampiro en la portada de un disco grabado entre Circo Beat y ‘la cama de Charly’. El golpe del bombo punk rock del comienzo de ‘El amor espera’ es el preludio de un tema de ánimo cambiante (‘Yo me hago el muerto para ver quién me llora, para ver quién me ha usado’) que había estrenado dos años atrás en Mendoza, la noche anterior a saltar del noveno piso de la habitación de un hotel.

100 - Kill My Mother
El aguante, 1998

En una sola toma, García grabo en Madrid ocho minutos y medio de una canción gloriosa, con sabor a venganza, dedicada a su madre, Carmen Moreno, de la que está distanciado desde que decidiera internarlo a la fuerza en una clínica psiquiátrica (en 1995 se sacó el apellido materno). “El tema es una especie de patchwork aleatorio, lleno de planos superpuestos”, dice Claudio Gabis. “Y, en medio de todo eso, reconozco mi guitarra.” Casi al final de la canción, García introdujo un fragmento de ‘Positively 4th Street’, de Bob Dylan.

_____________________________

Lista de votantes y método del ranking:

Alejandro Pont Lezica (Empresario/productor), Alfredo Rosso (Periodista), Amilcar Gilabert (Ingeniero de sonido/Productor) Andrés Calamaro (Músico) Andy Cherniavsky (Fotógrafa), Antonio Gasalla (Actor), Bobby Flores (Conductor/musicalizador), Daniel Grinbank (Empresario), Femando Samalea (Músico),  Francisco Bochatón (músico), Gustavo Santaolalla (Músico/Productor), Hilda Lizarazu (Música/Fotógrafa), Joe Blaney (Ingeniero de sonido/productor), José Palazzo (Empresario), Juan José Quaranta (Iluminador/empresario), Juan Manuel Cibeira (ejecutivo discográfico), Juan Rodríguez (Músico Sui Generis), León Gieco (Músico), Lisandro Aristimuño (Músico), Manuel Moretti (Músico Estelares), Mario Breuer (Ingeniero de sonido/productor), Palito Ortega (Músico), Pipo Cipolatti (Músico), Pipo Lernoud (Poeta/Periodista), Richard Coleman (Músico), Rinaldo Rafanelli (Músico La máquina de hacer pájaros/Polifemo), Sergio Marchi (Periodista), Sergio Pujol (Periodista), Tweety González (Músico/Productor) y Willy Iturri (Músico)

Cómo se elaboró la lista:

Para definir el ranking “Las 100 mejores canciones de Charly García” Rolling Stone convocó un panel de expertos conformado por músicos, productores y periodistas con un conocimiento profundo obre la obra de García.
A cada uno se le pidió que eligiera los diez mejores temas de la carrera del artista, desde  Sui Generis hasta la actualidad. A partir de esos resultados, sumando sus propios aportes, los editores de RS elaboraron esta lista.

Produccion Y Textos: Claudio Kleiman, Pablo Plotkin, Juan Morris, Oscar Jalil, Juanjo Carmona, Juan Barberis, Nicolás Miguelez y Bruno Larocca.

_____________________________

Fuente: Rolling Stone

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Maria Gabriela Epumer, el ángel de Charly García

$
0
0
Desde pequeña Mapu, como era conocida entre sus amigos, tuvo una muy marcada inclinación musical, seguramente por la influencia de una familia estrechamente vinculada con el arte. Ya a los 16 años sorprendió a todos por sus excelentes ejecuciones guitarra en mano, acompañando a María Rosa Yorio, una de la primeras mujeres que hizo rock en Argentina y que por aquel entonces era la pareja de Charly García.

María Gabriela tocaba, pero lo hacía con los ojos cerrados por la infinita vergüenza que sentía al tener que enfrentarse con la gente, sean multitudes o un grupo reducido. Y para colmo de casualidades, el primer disco que grabó junto a Yorio se llamaba así: “Con los ojos cerrados”.

Luego de la guerra de las Malvinas, se produjo todo un movimiento muy especial alrededor del rock nacional en Argentina. Mientras el gobierno militar prohibió la música en inglés en las radios, los viejos grupos volvieron a tocar, a desempolvar sus discos de antaño y los jóvenes vieron también la gran posibilidad de lanzarse al mundo de la música.

Junto con otras tres chicas, María Gabriela Epumer encabezó una agrupación que en su nombre llevó un juego de palabras muy particular: Viuda e hijas de Roque Enroll. Fue la primera banda de la historia trasandina íntegramente formada por mujeres, aunque algo ya había hecho María Gabriela junto a Claudia Sinesi y Andrea Alvarez con el trío Rouge.

Sin embargo, cuando se transformaron en las Viudas (como fueron conocidas), Sinesi en el bajo, Claudia Rufinatti en teclados, Mavy Díaz en voz y Epumer en guitarras y composición; la fama les llegó con una fuerza inusitada entre 1983 y 1988.

La temática del grupo apuntó a un público joven y marchó sobre la línea que trazaron Virus en una primera etapa y Los Twist, entre otros: música sofisticada, una clara propuesta estética, lúdica, bailable y con letras pegadizas. Con este grupo, la guitarrista se hizo conocida en cada rincón del país. Sus temas más famosos fueron las versiones en castellano de “Bikini a lunares amarillos” y “Lolly pop”, junto a otros de su propia autoría como “Fondo Monetario Internacional” y “Hawaiian II”. Grabaron tres discos (“Viuda e hijas de Roque Enroll”, “Ciudad catrúnica” y “Vale 4”), con los que llegaron a casi 300.000 copias vendidad.

Las Viudas, como fueron conocidas, lucían vestimentas multicolores y marcaron a toda una generación de adolescentes que las siguieron y las copiaron en todo. Arrastraron multitudes hasta su definitiva separación a fines de los 80, pero cuando se reunieron por única vez en 1995 las entradas se agotaron varios días antes. Quedaron para siempre en el recuerdo como un símbolo de una época y de un estilo que hizo furor.

Federico Moura y Pipo Cippolatti, con Virus en su primera etapa y Los Twist respectivamente, fueron las cabezas más visibles de esta música lúdica en Argentina, que –sin duda- marcó tanto como el rock y el pop más elaborado, porque prodigaron de ironía y sarcasmo una música que amenazaba con caer en la extrema gravedad. La muestra es que cada vez que esos grupos se presentan por estos días (Moura fue reemplazado por su hermano Marcelo, desde su fallecimiento en 1988), son seguidos con pasión y nostalgia por aquellos que frisan los 30.

CHARLY, SAY NO MORE

Al cerrar su etapa con las Viudas, Epumer se suma a la banda de Fito Páez tocando en “Corazón Clandestino”, uno de sus más famosos temas y uno de sus más logrados LP´s. También a finales de la década de los 80, forma parte de la agrupación que acompañaba a Sandra Mihanovich y Celeste Carballo (de quien María Gabriela es sobrina), un dúo que tuvo mucho éxito en el público argentino y que también gozó de atractivo para Chile, donde se mezclaban varios elementos: una muy buena música, letras impecables (propias y de grandes poetas como Mario Benedetti) y la relación entre ambas artistas, que superó los límites de los escenarios.

En 1992, Epumer toca junto al más grande poeta del rock argentino, Luis Alberto Spinetta, participando en el disco “Pelusón of milk”. El particular título del disco del “Flaco” no debe extrañar, ya que desde la época de Almendra, Invisible o Pescado Rabioso (las primeras bandas que lideró), siempre los nombres de sus producciones fueron un tanto freaks, como por ejemplo “Durazno sangrando”, “Los niños que escriben en el cielo” o “El jardín de los presentes”.

El momento en la vida profesional que más trascendencia le traería a Epumer, en todo caso, aún no llegaba. Ocurrió a mediados de los 90, cuando comienza a trabajar junto a Charly García en el disco más incomprendido y radical del extraordinario músico argentino: “La hija de la lágrima”, en 1994.

Era el tiempo en el que Charly salía más en las páginas policiales que en las de espectáculos y quizás porque fue una etapa de tanto reviente para García, que la relación con la guitarrista fue excelente desde el minuto inicial. Se complementaron a la perfección, pues el talento irreverente de Charly calzó justo con la calidad y calidez de María Gabriela.

Además de “La hija…”, Epumer fue partícipe de toda la época “Say no more” de García, que incluye los LP´s “Cassandra Lange”, de 1994; “Hello”, de 1995 (el disco umplugged que Charly grabó para MTV en Miami, y en el que dejó para la posteridad varios de sus innegables clásicos, con un claro protagonismo de la guitarrista); “Say no more”, de 1996; “El aguante”, de 1998; e “Influencia”, de 2002, más varios otros trabajos, como el efímero regreso de Sui Géneris a comienzos de la actual década y un disco que Charly hizo junto a Mercedes Sosa.

La relación con García estuvo siempre marcada por los extremos. Un periodista le preguntó una vez si no sentía que era la que contenía al músico, aspecto que ella negó terminantemente. “Es más, siento que él me contiene a mí. Siento que su presencia me protege, como mi papá. Si está él, está todo bien. Tal vez lo contenga, pero no creo que tanto como se supone”, explicó la artista.

No era una pregunta fácil, Epumer fichó en el planeta de García en una de sus épocas más complicadas, pero supo siempre ganarse el respeto. “Nuestro momento más difícil fue cuando estábamos presentando “La Hija de la lágrima”. Uno siempre tiene la fantasía de salvar a alguien…Charly es grande y él ha elegido lo que ha hecho con su vida. Cuando entendí eso, pude despegarme y dejar de sufrir. Eran épocas en que él era un huracán y yo hacía muy poco que tocaba en la banda. Fue una etapa difícil. Otro momento molesto fue después de hacer el unplugged; Charly nos echó a todos. Pero se arrepintió y seguimos”.

Siguieron de tal forma, que Charly alcanzó a entregarle el mejor de sus piropos: la nombre Miss Say No More cuando en el verano de 2003 tocó en el Festival de Viña del Mar. Epumer, prestándose siempre con gracia a las locuras de García, desfiló en el escenario provocando la alegría del músico quien, con ese simple hecho, entendió el cariño y afecto que le tenía la guitarrista. Para Charly el concepto “say-no-more” es un sinónimo exacto de “perfección”.

Paralelamente, en 1995, Epumer retomó con firmeza sus pasos independientes y formó la banda A1 con Miguel Bassi en bajo, Matías Mango en teclados y Damián Cantilo en batería. Alcanzó a editar la nada despreciable suma de cuatro discos: “Señorita Corazón” en forma independiente en 1996. Luego, en el año 2000, grabó “Perfume”, con presentaciones en Argentina, Estados Unidos y Brasil; en 2003 fue el turno de “Pocketpop”, que contiene dos temas, un track interactivo y una lata de betún como envoltorio. Y por último, también en 2003, salió a la luz “Compilady”, una contagiosa selección de rarezas, versiones electrónicas de algunas canciones, remixes y temas nuevos.

LOS OJOS CERRADOS…

Fue a mediados de junio de 2003 cuando María Gabriela comenzó a sentirse mal de salud, luego de un recital que dio en la provincia de La Pampa. Por los síntomas, en principio se pensó en una gripe fuerte, nada más, pero como su estado no mejoraba se hizo unos estudios médicos que salieron bien. Sin embargo, sólo dos días después, el lunes 30 de junio, su novio la llevó ya desvanecida al Hospital Francés de la Capital Federal, donde falleció pasado el mediodía debido a una congestión agravada por un edema pulmonar.

Su muerte causó una enorme pena en todo el ambiente, pues luego de haber formado parte de la historia de casi todos los grandes músicos del rock argentino, parecía estar lista ya para alcanzar su propio reconocimiento musical masivo.

María Gabriel Epumer había roto con el estereotipo de la figura de rock, ya que era una cultora del bajo perfil, alejada siempre de cualquier escándalo, practicante de yoga y vegetariana. Lo de sexo,droga y rockanrol no cuajaba con una profesional metódica, rigurosa y perfeccionista. A escasos días de cumplir 40 años, cerró sus ojos de la misma manera que lo hacía en sus comienzos por miedo a enfrentar al público, ese mismo que nunca la olvidará.

Maria Gabriela y su pasado aborigen

Entre otros hitos en la carrera de esta atractiva y excelente guitarrista, se encuentra también la experiencia vivida junto al músico inglés Robert Fripp (motor de la legendaria banda inglesa King Crimson), quien en 1995 dictó varios seminarios en Buenos Aires, oportunidad en la que Epumer participó y formó parte de una serie de presentaciones por Argentina, la última de las cuales tuvo como gran participante en el escenario al propio artista británico.

La guitarrista fue también un baluarte de orgullo aborigen. Con su belleza occidental y su talla de modelo ideal, bien pudo esconder o simplemente ignorar su pasado indígena, pero no fue así. Participó activamente en variadas actividades de reivindicación, pues su tatarabuelo fue el cacique indio ranquel Epumer, un destacado personaje de la historia argentina.

A mediados de los 90 se asocia con Fernando Samalea, el baterista de Charly, para crear el proyecto Montecarlo Jazz Ensamble, en el que fue compositora, productora y gestora de un trabajo en el que más de medio centenar de músicos locales de diferentes estilos grabaron dos volúmenes de un LP que fue a total beneficio de la Comunidad Aborigen Argentina.
Por Eduardo Bolaños


Fuente: Cultura y tendencias (Chile)

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Adelanto de nuevo tema, y un mensaje para Mercedes Sosa

Festival Piano, Piano: Homenaje a Charly García [Gratis]

$
0
0
El festival, que lleva el nombre de Piano piano, fue curado por Benjamin Taubkin, un compositor, instrumentista y productor brasileño. “Decidimos presentar, especialmente de América del Sur, distintas propuestas que contemplen las nuevas tendencias”, explica. “Invitamos, por ejemplo, a jóvenes pianistas que solos o en dúo, nos indiquen caminos futuros en la música de nuestro continente, que aún sigue siendo un territorio desconocido para casi la totalidad de nosotros. Mario de Andrade, un gran escritor, musicólogo y pensador de la primera mitad del siglo XX, decía que tenemos que ser como turistas aprendices en nuestros propios países. Esto, me parece, es aún verdadero en nuestro tiempo.” Taubkin agrega: “Por otro lado tendremos pianistas del mundo y de nuestro continente en plena madurez creativa. Artistas reconocidos, que vienen a compartir sus visiones ya establecidas como grandes creadores que son”.

“Hay creadores cuya obra trasciende los géneros. La importancia de Charlie Parker o John Coltrane alcanzan mundos por fuera del jazz de la misma manera que la de Ariel Ramírez excede los límites del llamado folclore. En el campo particular del rock realizado en la Argentina, la figura de Charly García pertenece a esa clase. La de quienes marcaron mucho más que un estilo en particular, una época y una sociedad. Por eso este homenaje, ideado por el pianista y compositor Diego Schissi, muestra una variedad notable de estéticas y artistas. Un abanico que relee a García desde distintos lugares y, desde ya, ilumina aspectos muy diversos de su obra. “No se trata de reversionar por el simple hecho de generar un contenido atractivo o novedoso, aunque eso va incluido en la experiencia, a qué negarlo –dice Schissi–, sino de aprovechar las experiencias de cada uno de los talentosos músicos convocados para poner en relieve algo oculto en esas músicas: descubrir lo que se esconde en ellas. Des-cubrir, quitar el velo que cubre una manera de expresión para encontrar otra, distinta, inesperada.”

En La Ballena Azul, Sábado 8 de Agosto a las 21:00 // Las localidades se entregan 2 horas antes del inicio (2 por persona).
Atención telefónica: 0800-333-9300

El cierre del festival, el sábado 8 de agosto, a las 19, en la Sala Argentina, será un homenaje a Charly García ideado y programado por el pianista y compositor Diego Schissi. El rasgo saliente será la pluralidad estética desde la que la obra de García será abordada. Habrá allí intérpretes de música de tradición académica, como el dúo del violinista Elías Gurevich con la pianista Haydée Schvartz, estará el trío del trompetista Juan Cruz de Urquiza, con su hijo Sebastián en contrabajo y Hernán Jacinto en piano, actuará la cantante Lidia Borda con el pianista Daniel Godfrid y los arreglos serán de un músico mucho más identificado con otros territorios, Popi Spatocco, quien fue durante años compañero de ruta de Mercedes Sosa. El participará, además, como pianista del Trío Aura, junto al contrabajista Ricardo Cánepa y Facundo Guevara en percusión.

“No se trata de reversionar por el simple hecho de generar un contenido atractivo o novedoso, aunque eso va incluido en la experiencia, para qué negarlo”, explica Schissi. “La intención es, más bien, aprovechar las experiencias de cada uno de los talentosos músicos convocados para poner en relieve algo oculto en esas músicas: descubrir lo que se esconde en ellas. Des-cubrir, quitar el velo que cubre una manera de expresión para encontrar otra, distinta, inesperada. La música y las letras de García son lo suficientemente potentes para prestarse a este juego de riesgo, y ricas como para inspirar las mentes de estos músicos, que como tantos de nosotros, amamos y crecimos junto a estos temas.”

En todo caso se trata de una operación en algún aspecto pendiente. Si bien tanto Juan Cruz de Urquiza, que será parte de este homenaje y que le dedicó un disco a relecturas de canciones de García, como Adrián Iaies usaron la sintaxis del jazz para abordar este alfabeto, y antes Mercedes Sosa las cantó junto a su autor, lo cierto es que todavía, con más de cuatro décadas de vigencia, esa obra sigue excesivamente –y casi exclusivamente– asociada con el rock. En rigor, de la misma manera en que “Sur” o “El día que me quieras” exceden ampliamente el universo del tango y “Alfonsina y el mar” es, a esta altura, sobre todo una canción argentina, la obra de García, como la de Luis Alberto Spinetta, se merece lecturas y circulaciones más amplias. Al fin y al cabo, “Viernes 3 AM” o “Los dinosaurios”, por nombrar apenas dos, están entre las grandes canciones a secas y por afuera de cualquier género.

Artistas: José Araujo, Fernanda Morello, Juan Cruz de Urquiza, Hernán Jacinto, Sebastián de Urquiza, Lidia Borda, Daniel Godfrid, Popy Spatocco, Facundo Guevara, Ricardo Cánepa

JOSÉ ARAUJO

El cellista José Araujo se formó en París y actualmente desarrolla una intensa actividad en la Argentina. Ha actuado junto a la Orquesta Sinfónica Nacional, Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Orquesta Nacional de Paraguay, Orquesta de Paraná, Orquesta del Chaco, Orquesta de Mar del Plata, Orquesta del canal 7 y Orquesta Libertador San Martín. Dedicó dos discos a la música de cámara argentina, uno con el Cuarteto Austral Argentino, del que es miembro fundador, y el otro con el Trío Pampeano, consagrado especialmente a la música de Astor Piazzolla y José Bragato.

FERNANDA MORELLO

Pianista versátil y de exquisito fraseo, ha tocado en las más importantes salas de la Argentina, incluyendo el Teatro Colón,  y ha sido solista en conciertos con orquesta, dirigida por Pedro Ignacio Calderón y Javier Logioia Orbe, entre otros. Ha actuado también en Uruguay, España, los Estados Unidos y Alemania. Ha sido distinguida con la Honorable Mention en el concurso organizado por la Association of Pianists and piano teachers  of the Americas, de la ciudad de Nueva York. Fue galardonada junto a la pianista Patricia Vila con el Premio Gardel 2006 por el mejor disco de música clásica del año, por la obra completa para dos pianos de Debussy y Shostakovich, editado por el sello internacional EMI. En 2011 el Sello Acqua Records editó su nuevo disco solista Diálogos de Logia, con obras de Schumann y Chopin.

JUAN CRUZ URQUIZA-HERNÁN JACINTO

Juan Cruz de Urquiza es uno de los más destacados trompetistas del jazz argentino. Integró el Quinteto Urbano y, además de una técnica depurada y un estilo fuertemente personal, lo distingue el cuidado que pone en cada uno de sus proyectos, haciendo que sea absolutamente distintivo y singular. Su disco Indómita luz, de 2012, está dedicado a la obra de Charly García. En este caso se presenta con un trío que completan su hijo Sebastián en contrabajo y Hernán Jacinto en piano.

LIDIA BORDA

Cantante tan respetuosa de las tradiciones como capaz de hacerlo con estilo propio, su modo de interpretar se aparta tanto de la imitación como de los clisés de los cantantes actuales que abordan el tango. Una cuidadosa elección del repertorio, una lectura siempre atenta a los textos y una elección escrupulosa de acompañantes y arregladores son parte, en todo caso, de una trayectoria ejemplar.

Sus discos, Entre sueños, Tal vez será su voz (junto a la Orquesta El Arranque y al pianista Diego Schissi), Ramito de Cedrón (homenaje a Juan el Tata Cedrón), Manzi, caminos de barro y pampa y Atahualpa marcan hitos significativos, no sólo en su carrera sino en la canción popular argentina.

DANIEL GODFRID

Nacido en 1981 en Buenos Aires, Godfrid inició sus estudios de piano en 1990 y desde la adolescencia comenzó a dedicarse profesionalmente a la música, especialmente en los géneros de tango y folclore. Integra desde 2004 la formación musical que acompaña a la cantante Lidia Borda, con quien viene realizando presentaciones en diversos escenarios de Argentina, Latinoamérica, Europa y Asia.

Entre 2005 y 2006 integró la Orquesta Escuela de Tango, dirigida entonces por el maestro Emilio Balcarce, y desde 2005 forma un dúo con el armoniquista Franco Luciani, con quien grabó "Armónica y Tango" y "Tango Trio" en 2011, con la participación del guitarrista Ariel Argañaraz. Asimismo, integra el elenco de la Orquesta de la Esquina Carlos Gardel, como pianista estable.

AURA

El trío Aura, conformado por Popi Spatocco en piano, Ricardo Cánepa en contrabajo y Facundo Guevara en percusión, remeda en sus timbres al trío de jazz. Sin embargo, la música allí está exactamente en el borde de varios géneros y, aunque podría emparentársela con el jazz por su libertad y por eso que, a falta de otra palabra más precisa, todavía se llama swing, su sonido –sus ritmos, su gestualidad– es el de la música argentina de tradición rural. Spatocco, productor musical y arreglador, entre otros artistas de Mercedes Sosa, comanda aquí una aventura tan plena de riesgo como de belleza.

Los textos de las biografías fueron escritos por Diego Fischerman.

Duración: 1 hora, 40 minutos

Sala La Ballena Azul

Es una gran sala de música sinfónica para 1.750 espectadores, distribuidos interiormente en 3 niveles o bandejas. Uno de sus principales atractivos es un órgano tubular fabricado en Alemania por la firma Klais que fue especialmente diseñado para esta sala. La superficie es de 2.200 m2 (1.200m2 platea/1.000 m2 bandejas), el escenario ocupa 250 m2.

El Órgano cuenta con 56 registros y 3.500 tubos, conformando el instrumento versátil a partir del cual es posible reproducir recitales de órgano solo, de música sinfónica y sinfónico coral.

La gran sala de concierto emerge suspendiéndose en el aire como un elemento monolítico. Los accesos se encuentran distribuidos en 3 niveles correspondientes a los pisos existentes del 2do. entrepiso y piso, accediendo desde el sector del anillo circulatorio ubicado del lado de la calle Sarmiento.

La capacidad de la sala está configurada de la siguiente manera:

-Escenario para orquestas sinfónicas de aproximadamente 110 músicos (250m2).

-Sector del coro tras el escenario con 122 sillas.

-1.750 butacas de público distribuidas entre platea, pullman, súper pullman y bandejas laterales y 36 piezas están previstas como espacio para personas con movilidad reducida.

Ubicacion:



Fuente: CCK y Página 12

Charly graba nuevas canciones

$
0
0
Charly esta muy genial y Enigmático; dice el baterista Fernando Samalea. "Desarrolla ideas a una velocidad sin control. Él es el único que podría explicar de qué va la cosa."Desde septiembre del año pasado, Charly García está grabando nuevas composiciones y covers de los Rolling Stones, los Beatles, The Animals y The Who. En total, tiene casi 40 temas que registró en al menos quince sesiones nocturnas en Cathedtal, el estudio que el baterista Fernando Caloia y el tecladista Nicolás "Ríspico" Ottavianelli (miembros de Turf) tienen en Villa Urquiza. Aunque no hay fechas de publicación, el material podría ser un nuevo disco de estudio de Charly, el primero desde Kill Gil, de 2010. Y sus primeras composiciones desde su inter nación psiquiátrica en 2008.

La arquitectura compositiva de García en esta etapa comienza en algunos de sus varios iPads, donde programa bases de batería y graba sonidos virtuales de pianos, moogs, hammonds y wurlitzers, y luego voces. Con esas maquetas llega al estudio para seguir construyendo con múltiples tracks, al estilo vertiginoso de   la era Say No More. "Nunca sé qué es lo que voy a grabar con él", dice Rosario Ortega. "Casi que pone rec mientras nos muestra el tema. Pero aun dentro de ese caos, siempre hay mucha claridad. Y una canción increíble."

El hilo conductor es "La máquina de ser feliz", "un tema súper emocionante que evoca al Charly más melódico" dice Ottavianelli, que junto a Caloia oficia de técnico y asistente. El título parece reflejar un estado de ánimo: "Charly está siempre con una sonrisa, bailando y cantando al palo". El hecho de que esté grabando en Cathedral, un estudio donde "no hay nada caro" (según Charly), refleja el momento relajado y lúdico que atraviesa el músico. El repertorio de versiones es la contracara de la parte más melódica. "96 Tears", de Question Mark & the Mysterians, es uno de los hits de los 60 que ya están grabados. "Es alucinante cómo está cantando rock and roll", dice Ottavianelli. Por una coincidencia -ya que ahora la tiene Caloia en su estudio-, Samalea está grabando con la batería Premier de Willy Iturri, ex GIT y ex baterista de Charly. "La misma de Yendo de la cama al living y Piano bar", dice Samalea, que tocó con Charly en Parte de la religión (1987), La hija de la lágrima (1994) y Hello! MTV Unplugged (1995). "Todos queremos que estas canciones tomen estado público."

Por: Patricio Lange
Fuente: Rolling Stone

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Nada grave, ni para preocuparse

$
0
0
Charly García fue internado esta tarde por problemas de salud en el sanatorio FLENI, de Belgrano. Hasta el momento se desconocen las causas.
Fernando Szeresevsky, exmanager de Charly, informó desde su cuenta de Twitter: "Me dice alguien que está con él que está internado y que no es nada grave ni para preocuparse". Sin embargo, otra versión sostiene que el cantante habría sido trasladado desde el Hotel Faena por una hemorragia interna.



Mauro Rogatti, amigo del músico, acompaña a Charly en el sanatorio. "Está estable. Se dicen muchas cosas que no son. Aún no se sabe si seguirá internado esta noche", explicó a Clarín. Se espera que en las próximas horas el FLENI brinde un parte médico.

En enero de 2014 (NdR: y en Marzo de 2014 también), el ex Sui Generis fue internado en el mismo sanatorio. En aquel momento, un cuadro de fiebre muy alta lo obligó a permanecer allí poco más de una semana.

Además:


Fuente: Clarin

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)

Parte médico

$
0
0
El FLENI entregó información del estado del músico, que permanece internado desde el domingo a la noche.
A un día de su internación en la Fundación FLENI, el establecimiento médico entregó un parte médico con información sobre la salud de Charly García. El comunicado firmado por el Director Médico Claudio Pensa adelantó que el músico podría recibir el alta médica el martes.

Antes, explicaron que el paciente había ingresado el domingo "con cuadro de dolor abdominal y vómitos". "Se realizaron los estudios complementarios de rutina, no hallándose evidencia de patología gastrointestinal aguda", agrega el parte médico.

Además, confirma las versiones que entregó su entorno en las últimas horas, que aseguraban que su cuadro no era grave: "Se encuentra estable, en habitación común y bajo observación clínica".

El blog de Charly Garcia (hecho por DIOS)
Viewing all 225 articles
Browse latest View live